23/11/2024

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Un riesgo de maremoto en Canarias pondría en alerta a Muskiz, al lado de Castro Urdiales

Un simulacro. Protección Civil acaba de emitir una alarma. Las islas Canarias están bajo riesgo de maremoto y sus habitantes tienen una hora para ponerse a salvo. La alerta, por ahora, no es real, pero sí lo es el escenario: está contemplado en la nueva red de avisos ideada para advertir del riesgo de tsunamis en nuestras costas. En la zona canaria, con toda probabilidad el temblor originario de ese oleaje tendría su epicentro en algún lugar de las fallas de Marqués de Pombal y Horseshoe, las que son capaces de producir maremotos con elevaciones de ocho metros de altura que llegarían a la costa andaluza en 55 minutos. Aunque parezca un fenómeno remoto, el análisis de peligrosidad elaborado por expertos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) indica que es una amenaza para 36 tramos del litoral español y que deben estar en guardia.

En total, la sombra de la gran ola se cierne sobre siete autonomías y dos ciudades autónomas: Andalucía es la que tiene más tramos de costa en peligro (nueve, en total, como Ayamonte-Palos de la Frontera; Chipiona-Conil; y Vejer de la Frontera-Tarifa); seguida de Canarias, con siete; Galicia (cuatro tramos, como Rianxo-Muxía); tres en Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, amén de dos en Asturias, y uno en País Vasco (Muskiz-Hondarribia), Murcia, Ceuta y Melilla. Siendo Muskiz una localidad lindante con Cantabria, en concreto, con Castro Urdiales.

En el nuevo Plan Estatal ante el Riesgo de Maremotos, que la Dirección General de Protección Civil y Emergencias ha elevado al Consejo de Ministros, se actualiza este sistema de avisos que resulta crucial porque cada milésima de segundo cuenta en la estrategia de prevención, y coordina a las autoridades autonómicas y locales para la gestión del desastre que conllevaría. En el apéndice B del plan, ‘apunta’ la lista de 72 municipios (36 de inicio de la entrada del agua y 36 de final) que se verían en serio peligro si se repite un maremoto o tsunami como el que se llevó por delante Lisboa y Cádiz en 1755. En total, la sombra de la gran ola se cierne sobre siete autonomías y dos ciudades autónomas: Andalucía es la que tiene más tramos de costa en peligro (nueve, en total, como Ayamonte-Palos de la Frontera; Chipiona-Conil; y Vejer de la Frontera-Tarifa); seguida de Canarias, con siete; Galicia; tres en Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, amén de dos en Asturias, y uno en País Vasco, Murcia, Ceuta y Melilla. En el caso de Euskadi, la franja va de Muskiz a Hondarribia.

Con las proyecciones del IGN en la mano, el plan calcula las diferencias de intensidad y recurrencia de un maremoto en cada área: en la cornisa cántabrica, las elevaciones máximas serían de medio metro; frente a los dos metros que se elevarían las aguas en Galicia, acompañados de terremotos nacidos en el Banco de Gorringe (montaña submarina del Atlántico). Llegaría en una hora desde su sacudida inicial. Con cinco metros y en media hora haría acto de presencia en la costa murciana un maremoto escupido por la falla de La Marina. En el Mediterráneo los maremotos se suceden cada «varias decenas de miles de años», informa el IGN, pero hacia Galicia van «cada mil a 2.000 años».

Fuente: diariovasco.com

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