Podemos ha mostrado su «rechazo frontal» a la posible implantación de peajes en las carreteras cántabras y ha pedido al Parlamento regional un «frente común» para detener lo que considera «un impuesto injustificado contra las clases trabajadoras y los habitantes del medio rural». Podemos Cantabria considera que la medida incluida en el plan de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas «no tienen nada que ver con reducir emisiones de gases, sino que está orientada a gravar un servicio básico como el transporte y a avanzar en la privatización de la red de autopistas».
La formación morada ha sido «muy crítica» con el PSOE, al que ha pedido que «deje de hacer política a la madrileña» y que «vea que hay vida más allá de la M-30». En su opinión, esta medida en Cantabria se traduce en «gravar un servicio básico ya que aquí el transporte público no existe». El secretario de Medio Rural de Podemos Cantabria, Pablo Gómez, ha explicado que «aquí el vehículo no es un lujo que tengamos para ir los domingos a la Casa de Campo, aquí el vehículo lo necesitamos para ir a trabajar, para ir a la compra o para ir al médico». Además, considera que «la excusa ambiental no cuela, es un impuesto al modo de vida rural y a la clase trabajadora».
Gómez ha añadido que se trataría de un impuesto «injusto en todos los sentidos» ya que «no es progresivo, no discrimina entre vehículos más o menos contaminantes y no trata a todos los españoles por igual, ya que para unos el coche es un elemento de ocio y para otros una necesidad». Por ello, la formación ha apelado a la unidad de los cántabros para parar esta posible futura tasa y ha instado a los grupos con representación en el Parlamento a consensuar una declaración institucional en contra.