Cantabria ha rendido hoy homenaje al Palacio de Festivales como símbolo de la cultura regional en la celebración de su 30 aniversario, que se ha conmemorado con un acto institucional en la Sala María Blanchard encabezado por el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, y el vicepresidente y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga.
El 29 de abril de 1991 abrió sus puertas este edificio obra del arquitecto Francisco Saez de Oíza que, para Revilla, es un motivo de orgullo para Cantabria y supuso “un antes y un después” para su cultura. Asimismo, el jefe del Ejecutivo ha reconocido “a quienes tuvieron la genialidad de imaginar esta obra y mantenerla viva con actividad permanente, dándole prestigio ininterrumpidamente”.
Entre ellos, se ha referido especialmente a los fallecidos expresidentes de Cantabria Juan Hormachea, que fue un “factor fundamental” en la ejecución del proyecto, y Jaime Blanco, bajo cuyo mandato se inauguró la obra. También ha citado a Ángel Díaz de Entresotos, José Joaquín Martínez Sieso e Ignacio Diego, estos dos últimos presentes en el acto junto a las esposas de Entresotos y Blanco.
Precisamente, en honor de todos los presidentes de estos últimos 30 años y de sus gobiernos se ha descubierto una placa en reconocimiento a su papel “en la promoción y difusión de las artes escénicas y musicales” en el Palacio de Festivales, “haciendo de este centro el corazón de la cultura de Cantabria”. Por su parte, el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, ha reivindicado el papel de la cultura como espacio de diálogo y como elemento de unidad de la sociedad, asegurando que es la mejor vacuna contra la pandemia del odio, la intolerancia y el desprecio a las ideas de los demás.
En este sentido, ha demandado más cultura que eduque y que genere conciencia y ha trasladado el compromiso del Gobierno para seguir haciendo, construyendo y creando cultura como factor elemental del desarrollo social y económico. Zuloaga ha focalizado estos valores de la cultura en el Palacio de Festivales, un edificio que, a su juicio, es un símbolo y un espacio de unión en torno a una cultura de calidad, pública, sostenible y exponente del trabajo bien hecho.
También se ha referido al liderazgo que ha asumido el Palacio en sus 30 años de historia, con especial mención al período de pandemia sanitaria, en el que, gracias al esfuerzo de los profesionales y del sector cultural, se ha hecho realidad el mensaje de que la cultura es segura. En este apartado, ha puesto en valor el trabajo desarrollado por todos los profesionales que han integrado el equipo humano del Palacio de Festivales durante sus 30 años de historia.
Al igual que Revilla, el vicepresidente ha hecho extensible este agradecimiento a todos los presidentes autonómicos que han dirigido el Gobierno de Cantabria en los últimos 30 años como legítimos representantes de las generaciones que en este período han crecido disfrutando de una oferta musical, teatral y artística a la vanguardia de las creaciones nacionales e internacionales.
Una oferta, ha recordado, integrada por los principales artistas de las artes escénicas de las últimas tres décadas, que ha cumplido el ambicioso objetivo que se marcó el Palacio de Festivales al inicio de su andadura y centrado en la desestacionalización de la oferta cultural de Cantabria más allá de los meses de verano.
Futuro
De cara al futuro, Zuloaga ha señalado la puesta en marcha de un ambicioso plan de mejoras estructurales, con una inversión que rondará los 2 millones de euros y que permitirá modernizar el interior del edificio, crear nuevos espacios culturales y urbanizar el entorno del Palacio de Festivales.
Con este plan de actuaciones, que representa la mayor inversión pública impulsada desde el Gobierno de Cantabria, se pretende adaptar al siglo XXI el edificio del Palacio de Festivales y dar respuesta a las necesidades artísticas actuales. Estas actuaciones y mejoras, ha indicado el vicepresidente, reforzarán el papel del Palacio de Festivales como símbolo de una Cantabria curiosa, tolerante y respetuosa con la creación artística.