Un total de 139 kilos de basuras marinas han sido recogidos este sábado en la playa de Valdearenas, en Piélagos, durante una jornada de sensibilización ambiental organizada por Cruz Roja Cantabria, a través del #proyectoLIBERA.
Inicialmente esta jornada estaba prevista para el pasado 26 de septiembre pero tuvo que aplazarse en varias ocasiones debido al mal tiempo, según ha recordado en un comunicado el Ayuntamiento de Piélagos.
En la iniciativa han participado una veintena de voluntarios inscritos a los que se han sumado vecinos, surfistas y personas que se encontraban de visita en el arenal.
Durante la jornada, que ha tenido lugar siguiendo las recomendaciones del Protocolo de prevención de contagios del COVID-19 del Ministerio de Sanidad, se ha procedido al reparto de 450 mascarillas, con el lema #DéjameLaMarDeLimpia.
También se ha celebrado una breve charla-coloquio sobre sensibilización del fondo marino. El biólogo y técnico de Medio Ambiente de Cruz Roja Cantabria, José Cacho, ha sido el encargado de coordinar esta jornada de sensibilización ambiental, que ha tenido como elemento central la recogida colectiva de residuos antrópicos, es decir, aquellos generados por la acción humana.
Ha señalado que estos residuos llegan a las playas como la de Valdearenas no sólo a través de los ríos o del propio mar sino que también, durante el verano han sido depositados por los usuarios que acuden a los arenales.
En este sentido, ha hecho hincapié que, una vez recogidas, a través del #proyectoLIBERA, las basuras marinas son clasificadas y caracterizadas para, posteriormente, proceder a su correcto reciclaje.
El técnico de Medio Ambiente de Cruz Roja Cantabria ha detallado a los participantes en la jornada cuáles son los residuos más habituales en las playas, entre los que ha mencionado, las colillas; las botellas; los plásticos; los tapones; el vidrio, las bridas; las cuerdas; las mascarillas, pero también otros como los bastoncillos de limpieza de los oídos.
Sobre este último residuo, ha comentado que, en ocasiones, las personas los tiran por el inodoro en sus hogares y no en el cubo de basura, por lo que a través de las canalizaciones de saneamiento, en muchos casos, acaban en ríos y mares y desde allí terminan en la costa.
Además, ha recordado que el plástico es un elemento que dura mucho, entre 50 y 250 años, o incluso más, y, por ello, ha advertido del peligro del uso desmesurado de un material que, cuando se tira en la naturaleza, llega a las costas y océanos, donde se degrada y se convierte en pequeños trozos que entran a formar parte de la propia fauna, ya que ésta puede llegar a alimentarse de ellos, al confundirlos con comida.
Para este biólogo, lo fundamental de actividades de sensibilización y concienciación de jornadas como la celebrada este sábado en Valdearenas los participantes, de cualquier edad, se hagan preguntas sobre cómo o de qué manera un determinado residuo puede acabar en la arena y, en el caso de los más pequeños, trabajar estas cuestiones mediante el juego.