Estos últimos días han sido malos para Cantabria, no solamente por la tragedia que llevamos soportando durante demasiado tiempo, sino también por dos fallecimientos prácticamente seguidos que han afectado al ámbito político cántabro, los de Jaime Blanco y Eduardo Van den Eynde.
Conocí a Jaime Blanco al inicio de la democracia siendo el Secretario General del PSC-PSOE y Yo Secretario de Organización de UCD, me parecía persona seria en el trato que buscaba, en aquellos tiempos de la transición, que España se convirtiese en una democracia europea más.
Con posterioridad a lo largo de los años, aparte de su representatividad Institucional, me llamó siempre la atención en su actividad como máximo responsable de los socialistas cántabro su generosidad para sumar otras siglas, grupos y personas, aún a riesgo de alguna incomprensión, al proyecto que representaba. Siempre me pareció persona honorable.
También, muy seguido se ha producido el fallecimiento de Eduardo Van den Eynde al que en los años de fragor político traté directamente. Sobre todo coincidía con su forma de mantener independencia de pensamiento, ser ambos bastante refractarios a la “autoridad” y no someternos a la mansedumbre del rebaño, lo que se traducía en su forma de hacer y entender la actividad política, en ser diferente.
Además ambos amábamos la música, el en su ámbito del rock y Yo en el blues.
Han sido dos malas noticias estos últimos malos días.
Autor: Alfonso del Amo-Benaite.