«Todos estamos convencidos que hay un futuro brillante», afirma la ministra fracesa de Industria Agnès Pannier-Runacher. Un tribunal de la ciudad francesa de Orleans ha admitido la solicitud del fabricante de vidrio Duralex (fundada en 1945) de declararse en quiebra ante la situación excepcional generada en su negocio por el impacto de la pandemia y de las medidas adoptadas para controlar su expansión.
Según informa el medio local francés La République du Centre, la empresa espera aprovechar esta situación para seguir buscando un comprador o para renegociar con las empresas que se habían interesado pero que habían cesado las conversaciones cuando comenzó la pandemia.