23/11/2024

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«No se puede asegurar la supervivencia de la playa con rellenos de arena»

El grupo municipal regionalista en el Ayuntamiento de Santander propondrá en el pleno de la próxima semana que se retomen los contactos con la Demarcación de Costas para llevar a cabo las actuaciones que den una «estabilización» al arenal del Sardinero a través de una serie de rompeolas proyectados a lo largo del paseo del Chiqui.

Los regionalistas consideran como «la mejor opción» recuperar este proyecto, sobre el que hace ya unos años se llegó a un acuerdo para que Costas lo construyera, con el fin de frenar el ímpetu del mar y, con ello, conseguir la rotura de la ola y dar mayor estabilidad al arenal de la segunda del Sardinero.

José María Fuentes Pila, considera «prioritario y urgente» retomar esta actuación con el fin de «frenar el estrepitoso deterioro» de la segunda del Sardinero y con ello, los destrozos en los elementos urbanos y naturales de la zona, así como analizar «todas las opciones viables» a día de hoy que permitan una obra que suponga una mejora, tanto en la propia fisionomía del paseo como en la recuperación de la playa.

Fuentes Pila recuerda que esta red de miradores fue la alternativa seleccionada que suponía la inserción de unos rompeolas que alcanzarían los 3,25 metros de altura -cota de paseo- y se añadirían como plazoletas insertadas a lo largo del paseo. Dicha obra fue incluso sometida a información pública por la Demarcación de Costas en Cantabria en 2017, habiendo emitido la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, un Informe de Impacto Ambiental que daba luz verde a su construcción.

«No estamos hablando en este caso de los aberrantes espigones que destrozan, seccionan y desnaturalizan la playa de la Magdalena, estamos hablando de la necesaria intervención que podría incluso retomar la idea de los antiguos rompeolas mucho más pequeños insertados en el lateral del paseo», ha precisado.

Recuerda asimismo que han pasado ya casi dos décadas desde que se destruyeran los rompeolas triangulares de la Avenida García Lago, que limitaban la fuerza de entrada del mar en el extremo de la playa del Sardinero.

«Diecinueve años donde, tras aquella intervención por motivo de la construcción del emisario de tormentas, se han producido efectos desastrosos en una de las playas más emblemáticas de nuestra ciudad que hoy se muestra descarnada por la fuerza del mar. Una violencia que supone además un peligro aún mayor cuando los temporales hacen que el mar entre libremente en tierra inundando parte del Sardinero y generando una tremenda incertidumbre» a los santanderinos, añade.

Por todo ello, los regionalistas ven necesario que Santander «recupere la idea que quedó durmiendo el sueño de los justos e implemente las acciones necesarias con las Administraciones afectadas y con los organismos que, como el Instituto de Hidráulica de Cantabria, puedan determinar la opción más adecuada y más respetuosa con el entorno y con la función que buscamos.»

Según el PRC, no se puede asegurar la supervivencia de la playa «con rellenos de arena«, sino que hay que limitar la fuerza de entrada del mar en un entorno «que a consecuencia del cambio climático su deterioro es mayor».

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