«No hay motivo de alarma. No hay osos campando a sus anchas por los pueblos», afirma la Fundación Oso Pardo. Como mucho puede haber ejemplares que se acercan a casas cercanas a bosques o situados en las montañas en busca de alimento. Suelen ser incursiones nocturnas para evitar, precisamente, la presencia de humanos.
COMUNICADO DE LA FUNDACIÓN OSO PARDO
Ante algunas noticias aparecidas en los medios que recogen declaraciones de vecinos de zonas oseras occidentales (Cordillera Cantábrica) afirmando que “los osos campan por el medio de la población” y que “se pasean por los pueblos” como si fueran personas, la Fundación Oso Pardo (FOP) queremos dejar claro que esto no es cierto y que no hay motivo para ninguna alarma. El comportamiento de los osos no ha cambiado.
Los osos se sienten muy atraídos por la fruta y la miel, y eso hace que algunos ejemplares se acerquen a los alrededores de casas pegadas al bosque o de pequeños pueblos enclavados en la montaña para alimentarse de cerezas, manzanas o ciruelas. Estas incursiones suelen ser nocturnas, ya que los osos rehúyen la presencia humana. Los daños en los frutales son pagados además por la administración correspondiente.
Estos comportamientos se han producido siempre, y los vecinos lo saben. Es lógico que con la recuperación de la especie en la Cordillera Cantábrica ahora sean más frecuentes y visibles. También es más habitual que acaben siendo públicos debido al auge de las redes sociales. El caso mediático más reciente se ha producido en Orallo, pedanía del municipio leonés de Villablino, donde un vecino grabó la pasada semana desde su ventana a un joven oso accediendo a los ciruelos de su finca inmediata a un robledal, y cómo huye al ser descubierto. En contraste con las declaraciones alarmistas, este vecino colgó las imágenes en las redes junto al comentario “Despertar a las 7,45 y ver esto desde la ventana, la verdad es precioso”.
Otra cosa es que debemos estar atentos a que ningún ejemplar se habitúe a alimentarse en un entorno humano sin importarle la presencia de personas a pocos metros, sea en los frutales o en las basuras. Este es un riesgo que existe en todas las poblaciones de osos de mundo, y aunque este comportamiento es la excepción, puede ocurrir con ejemplares jóvenes o con osas con crías que buscan comida fácil. En la Cordillera Cantábrica ya hemos tenido algún caso esporádico en localidades occidentales de León y Asturias. El primero ocurrió en el pueblo somedano de Castro en 2014 donde un joven oso comía higos y manzanas al lado de las casas y toleraba la presencia de turistas y vecinos a pocos metros. Fueron necesarias 3 ó 4 intervenciones diarias con voces fuertes y petardos durante tres jornadas para disuadirle.
En Asturias y en Castilla y León existen patrullas especializadas para evitar estos casos. Actúan siguiendo el Protocolo de Intervención con Osos en la Cordillera Cantábrica, aprobado el 24 de enero de 2019 por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, de la que forman parte las comunidades autónomas además de la administración central.
Tal y como se especifica en el protocolo, un oso habituado “es un oso que de manera recurrente accede a zonas habitadas en busca de recursos tróficos accesibles como por ejemplo huertas o contenedores de basura y no presentan respuesta de huida ante la presencia humana”. El protocolo también aclara que “la aproximación temporal a zonas habitadas en los desplazamientos habituales de un oso o en la búsqueda de recursos tróficos y los encuentros a poca distancia sin huida inmediata del animal no se considerará como comportamientos de osos habituados.”
Cuando un ejemplar comienza a comportarse de la forma familiar descrita es cuando intervienen los equipos especializados para disuadirle e intentar que modifique dicho comportamiento.
Insistimos en que estos casos son excepcionales, como igualmente es poco habitual que un oso cruce las calles de pequeños pueblos enclavados entre bosques y montañas. Los pocos casos constatados (alguno filmado), han ocurrido aprovechando la tranquilidad de las horas nocturnas. Esto no es motivo de alarma y desde luego no justifica declaraciones alarmistas.
En la FOP entendemos que es necesaria una continua información sobre estos aspectos a los habitantes de los territorios oseros. En este sentido ya en 2017 tuvo lugar un ciclo de jornadas informativas organizadas por el Gobierno del Principado de Asturias, la Fundación Oso de Asturias (FOA) y la FOP que se desarrolló durante tres meses en 12 concejos asturianos, abiertas a todos los vecinos.
Los osos siempre han vivido en la Cordillera Cantábrica en armonía con sus pobladores, demostrando que es perfectamente posible la convivencia y que además la presencia del oso es un activo que contribuye a la economía local.
Fuente: Texto e imagen: Fundación Oso Pardo