Al final, Lilian y su familia podrán seguir viviendo en su casa de la calle Miguel Hernández, en El Astillero, a pesar de la actuación de la guardia civil y de la pasividad de las instituciones.
A primera hora de la mañana, sobre las ocho horas, se apostaban cerca de treinta miembros de la ‘benemérita’, acordonando la zona, controlando los accesos a la calle y tomando literalmente todo el edificio de la calle Miguel Hernández n.º 13. según fuentes de la plataforma Stop-Desahucios: “el dispositivo era más propio de la detención de una peligrosa célula terrorista que de una pobre y pacífica familia con dos menores de tres y cinco años en su seno”.
La plataforma Stop-Desahucios había convocado concentración a las 9,15h. Y los activistas que iban llegando al lugar se encontraron con la sorpresa del dispositivo montado por la guardia civil. Hasta ahora, nunca había pasado nada semejante. De hecho, para Roberto Mazorra, portavoz de la plataforma, “todo esto es absolutamente ilegal, han tomado literalmente el edificio. El auxilio policial se hace para acompañar a la comisión judicial, no pueden montar semejante dispositivo sin tener autorización de la comunidad de propietarios y la subsiguiente orden judicial, amén de tener que comunicarlo al Ayuntamiento y a Delegación del gobierno. No nos consta ninguna de estas cosas. Y, desde luego, el jefe del dispositivo no nos ha enseñado orden o autorización alguna, ni a la plataforma ni a la familia afectada.” Precisamente, por ese motivo, Lilian presentará denuncia en el juzgado por abuso de autoridad y allanamiento de la propiedad.
Hasta las 10 horas hubo tranquilidad en la zona. Pero la llegada del cerrajero calentó el ambiente. La gente movilizada formó un cordón pacífico para impedir que accediera a la vivienda. En ese momento, intervino con una violencia inusitada la guardia civil. Utilizando las porras sin ningún control. Redujeron a varios activistas y a uno de ellos lo condujeron al portal, donde, según fuentes de la plataforma, lo siguieron golpeando. La actuación del cuerpo policial produjo numerosos magullados y muchas lesiones menores. El chaval introducido en el portal presentó denuncia, junto con otro compañero.
Después de la trifulca montada, la comisión judicial decidió suspender el desahucio, en un primer momento porque no encontraban la casa. Según el acta de la comisión judicial, no fue posible la identificación del piso, ya que no sabían si era el ático A, el B o el C, cuando en realidad había un sólo ático. Una vez hallado el ático perdido, procedieron a levantar acta del desahucio, que finalmente fue suspendido por la presencia de dos menores en la casa y la nula respuesta de la oficina de emergencia habitacional.
Fuente: Plataforma Stop-Desahucios.