La consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo, Marina Lombó, ha puesto en valor el «esfuerzo coordinado» de todas las partes implicadas en la organización de la EBAU, en una edición que ha calificado de «excepcional», al tiempo que ha augurado una superación con «éxito» de esta primera gran convocatoria pública de la «nueva normalidad».
Lombó ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad al alumnado y a las familias, ya que el Ejecutivo regional y la Universidad de Cantabria han dispuesto todo para el desarrollo de unas pruebas seguras para todo el mundo, docentes y alumnado, cuyos objetivos principales son: evitar aglomeraciones y regular un acceso seguro a las sedes garantizando tránsitos ágiles.
En el transcurso de una visita realizada hoy al IES Marqués de Santillana, en Torrelavega, una de las 25 sedes que acogerá la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), la consejera ha inspeccionado los preparativos de esta prueba que congregará a más de 3.004 estudiantes en toda la Comunidad Autónoma desde mañana y hasta el viernes.
La consejera de Educación ha deseado a los estudiantes acierto, para realizar el mejor examen posible, y ha agradecido al profesorado y a los directores de los IES su colaboración para poder afrontar estas pruebas en unas circunstancias excepcionales.
La titular de Educación, acompañada por el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada y diversas autoridades locales y autonómicas, ha expresado su reconocimiento por la disposición e implicación que ha demostrado todo el personal que interviene y ha colaborado en la organización de esta prueba, y en la que el objetivo último es conseguir un correcto desarrollo garantizando la seguridad sanitaria de todos los participantes y velando por el cumplimiento de unas condiciones de «equidad y justicia» que otorguen las máximas garantías al alumnado. Así, la consejera ha subrayado que, desde el inicio de la pandemia, su departamento ha luchado para que «ningún alumno se viera perjudicado por esta situación» y que viese «recompensado su trabajo y esfuerzo personal con los mejores resultados».
En concreto, y como ejemplo de cómo se desarrollará esta prueba, el IES Marqués de Santillana, acogerá alumnado de este centro y del IES Zapatón, un total de 100, repartidos en 7 aulas, con 13 asistentes y un aula especial.
La prueba, que se celebrará en su convocatoria ordinaria el 8,9 y 10 de julio, ha constituido un tema prioritario para la Consejería de Educación desde el inicio de la pandemia que ha centrado sus esfuerzos en adecuar la celebración de las mismas a los requerimientos higiénico-sanitarios necesarios con el fin de reducir al máximo los desplazamientos, evitar las aglomeraciones en las inmediaciones de las sedes, facilitar la desinfección de las aulas entre exámenes y organizar los accesos, así como garantizar la distancia interpersonal según la normativa vigente. En ellas participarán 220 vocales, 25 coordinadores y 200 asistentes que velarán por el correcto desarrollo de las pruebas.
Medidas higiénico-sanitarias
Las medidas sanitarias para realizar estas pruebas incluyen la distancia social de 1,5 metros, la disposición de recipientes con solución hidroalcohólica, que se usarán al menos a la entrada y la salida y el uso obligatorio de mascarilla, que sólo se podrán retirar cuando los alumnos estén sentados realizando el exámen, y habrán de ponerla cuando algún asistente se acerque a su mesa para alguno de los trámites dispuestos (comprobación del DNI, entrega o recogida del examen, consultas….). Además, el alumnado deberá de llevar todo el material necesario para realizar las pruebas. A los centros solo ingresará el alumnado y el personal habilitado y los acompañantes o asistentes que precisen apoyo educativo. Los estudiantes entrarán de forma escalonada y en la franja horaria que les corresponda. El alumnado recibirá, como tarde, el día antes de la convocatoria, un mail con indicaciones sobre el aula asignada en cada prueba, por lo que este año no se producirá el tradicional llamamiento.
También están regulados el uso de aseos, las normas para circular por los pasillos y limpiar las aulas o para gestionar el tiempo de descansos entre pruebas.
La identificación será en la propia aula y el alumnado llegará directo al aula que le corresponde para evitar grupos grandes en el exterior de los centros. Asimismo, la dispersión de sedes en municipios permitirá al alumnado comer en sus hogares y regresar por la tarde para continuar la prueba.
Las pruebas se celebran este año en 25 sedes, en lugar de las cuatro habituales: 20 de ellas son centros educativos de 15 municipios cántabros, y las 5 restantes estarán en otras tantas facultades de la Universidad de Cantabria en Santander, con un promedio de 124 alumnos por sede. En cada una de las sedes realizarán las pruebas el alumnado de cuatro institutos, los alumnos de ese centro y los de otros cercanos.
Para ello la Consejería de Educación ha centrado sus esfuerzos en ir dando los pasos necesarios para adoptar, durante estos meses, las medidas dictadas por el Ministerio de Educación adecuando el modelo de prueba y revisando los criterios de evaluación, aumentando la opcionalidad en los exámenes, de tal forma que los estudiantes puedan obtener la máxima puntuación con los contenidos que vieron en las aulas, antes de la suspensión de la docencia presencial.