Luis Mariano López López, como Coordinador Autonómico; Teresa Ugarte Miota, de los Servicios de Salud; Inés De Benito Población, de laboratorio; Ana Belén Campo Esquisabel, de laboratorio; Álvaro Ramos Acosta, de Logística y aprovisionamiento;y Valvanuz García Velasco, de Tecnologías de la Información, son los profesionales de Cantabria que han trabajo coordinados con el Ministerio de Sanidad y con el Instituto de Salud Carlos III en un trabajo único en el mundo, en el estudio de seroprevalencia ENE-COVID.
El resto de profesionales ha tenido el siguiente reparto: por el Ministerio de Sanidad 9; del Instituto de Salud Carlos III 23; de la Universidad de Harvard 1; de Andalucía 16; Aragón 8; Asturias 5, Baleares 7; Canarias 8; Cantabria 6; Castilla y León 7; Castilla La Mancha 10; Cataluña 7, Ceuta 6; Extremadura 5; Galicai 6; Melilla 3; Madrid 8; Murcia 10; Navarra 5; La Rioja 5; País Vasco 6; y Valencia 3.
En el estudio han contribuido miles de profesionales. El listado general reconoce el trabajo de las personas que han participado en la coordinación y no pretende ser exhaustivo. En cualquier caso, está sujeto a revisión por parte de las CCAA y grupos implicados. Los cambios serán incluidos en la web del estudio ENE-COVID.
El informe final de seroprevalencia tiene por objeto transmitir la información sobre los principales resultados del estudio de forma rápida a la población española. Esa inmediatez no permite proporcionar un análisis más detallado de toda la información recogida en este momento. Todos los estudios epidemiológicos tienen limitaciones. A la hora de interpretar los resultados de ENE-COVID, es importante tener estas limitaciones en cuenta. Mencionamos aquí algunas que consideramos especialmente relevantes.
ENE-COVID representa a la población general española no institucionalizada. Colectivos tan importantes como las personas mayores y las personas dependientes que vivenen residencias o en otro tipo de instituciones no están representadas en este estudio. A pesar del esfuerzo por seleccionar aquellos testdiagnósticos de anticuerpos con suficiente sensibilidad y especificidad, estas herramientas no son perfectas. Teniendo en cuenta el rápido desarrollo de testdiagnósticos, es posible que en un futuro próximo contemos con herramientas más precisas con las que podremosreevaluar la seroprevalencia en la colección de muestras de ENE-COVID.
ENE-COVID tampoco representa adecuadamente a otros colectivos de especial interés, como son los profesionales sanitarios, las personas que trabajan en residencias y otro tipo de centros asistenciales, las fuerzas de seguridad, los conductores de transporte público y otros. Aunque el estudio cuenta con participantes de estos sectores esenciales, la muestra resulta insuficiente para caracterizarlos adecuadamente, lo que requeriría también cuestionarios específicos con mayor grado de detalle. Aunque se ha descrito lapresencia de anticuerpos en la gran mayoría de personas infectadas, es posible que existan casos de infección en los que los anticuerpos no estén presentes o lo esténcon niveles bajos, nodetectables, lo que supondría una infraestimación de la circulación real de SARS-CoV-2. Para valorar la inmunidad adquirida en la población sería necesario conocer mejor la respuesta inmunitaria al nuevo coronavirus y estudiar la inmunidad celular, que podría ser muy relevante en COVID-19. Las tasas de participación son muy altas y todas las estimaciones están ponderadas por la participación según edad, sexo y renta relativa de la sección censal correspondiente. Aún no ha sido posible analizar detalladamente posibles diferencias en participación respecto a otras características que podrían ser relevantey que serán objeto de análisis posteriores. La implicación de un gran número de profesionales sanitarios, administrativos, informáticos etc en el desarrollo del trabajo de campo aumenta la heterogeneidad de la información recogida. La plataforma de formación y el contacto continuado con los responsables de las CCAA ha intentado minimizar esta heterogeneidad, que no hemos podido valorar aún. Toda la información epidemiológica es autorreportada, por lo que está sujeta a posibles sesgos de recuerdo y de interpretación en las respuestas recogidas.