El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha asegurado hoy que 2019 fue un «año negro» en la lucha contra la violencia de género en Cantabria, donde fueron asesinadas dos mujeres y 2.004 presentaron denuncias por violencia de género, la cifra más alta hasta el momento.
Para Zuloaga estos datos «avergüenzan» a la sociedad y, aunque ha reconocido «avances importantes» en el ámbito normativo con la aprobación de la ley de Igualdad y la colaboración entre instituciones, ha señalado que es necesario «ganar el debate social» y avanzar en «políticas públicas eficaces y que transformen la sociedad».
«Las cifras sobrecogen, pero también marcan la hoja de ruta», ha asegurado el vicepresidente, que ha defendido que las administraciones e instituciones tienen «la responsabilidad de afrontar el reto de la lucha contra la violencia de género».
«Soy consciente de que estamos en un muy buen momento de alineación entre las administraciones -ayuntamientos, gobierno autonómicos, Gobierno de España, cuerpos y fuerzas de seguridad y poder judicial-. Tenemos por delante un reto fundamental para alcanzar una Cantabria mejor y una España mejor, y lo vamos a hacer todos juntos», ha añadido.
El vicepresidente ha recordado que en 2019 el Gobierno incrementó los recursos asistenciales, especialmente con la entrada en funcionamiento a partir del mes de julio de dos nuevos centros de atención integral, y ha intensificado las actuaciones de formación, sensibilización y medidas de prevención.
Zuloaga también ha alertado sobre formas de violencia contra la mujer «con las que convivimos de manera ordinaria», en referencia a la prostitución, y ha llamado a «despertar» porque «en los 26 clubes y en los 47 pisos que hay en Cantabria hay esclavitud y hay violencia sobre mujeres que además tienen pocos medios para defenderse».
En este sentido, ha destacado el compromiso del Gobierno de España con la futura ley integral contra la trata y ha confirmado que el Ejecutivo cántabro va a seguir impulsando la elaboración de esta norma estatal.
Dos mujeres asesinadas, más de 2000 denuncias y 116 órdenes de alejamiento
Pablo Zuloaga ha valorado el informe como un «ejercicio de transparencia y rendición de cuentas», una «herramienta fundamental para conocer la dimensión actual de la violencia en Cantabria» y «un instrumento de sensibilización», que «pone sobre la mesa cifras que nos deben hacer reflexionar y actuar».
«2019 fue el año que Maruchi y Rebeca fueron asesinadas en Cantabria, el año en el que 2.004 cántabras presentaron una denuncia por violencia de género, se dictaron 116 órdenes de alejamiento, y los Juzgados de Violencia sobre la Mujer condenaron al 86% de los hombres acusados por violencia de género», ha señalado el vicepresidente.
Además, según recoge la memoria, los Centros de Información y Atención Integral del Gobierno de Cantabria asesoraron a 515 mujeres que acudieron por primera vez al área de malos tratos, 145 mujeres más que en 2018, y asistieron a 116 menores.
En 2019, 108 personas ingresaron en el Centro de Emergencia (33 más que en 2018), de las cuales, 68 eran mujeres y 40 eran personas dependientes de ellas, en el Centro de Acogida permanecieron 89 víctimas, 29 más que en 2018 (54 mujeres y 35 personas dependientes de las mujeres). Los pisos tutelados acogieron a 8 mujeres, 3 más que en 2018, y a 3 menores víctimas de violencia de género.
Las mujeres tardan 8 años en denunciar
La directora general de Igualdad y Mujer, Consuelo Gutiérrez, aunque ha considerado positivo el incremento de denuncias, ha llamado la atención sobre el tiempo que tardan las mujeres en denunciar y que en Cantabria es de 8 ocho años y de 8,8 años a nivel nacional.
También ha señalado que el 40% de las mujeres víctimas mayores de 65 años, presentan un período de maltrato superior a 40 años y en el 27% de los casos este período se sitúa entre 20 y 30 años.
Entre las causas combinadas que llevan a las mujeres a no denunciar situaciones de violencia de género, Consuelo Gutiérrez ha citado el miedo en un 50% de los casos, la vergüenza, la sensación de no poder salir solas de la situación de maltrato, la creencia de poder cambiar y revertir esta situación, y la maternidad y la existencia de menores a su cargo.