El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se ha reunido hoy en Madrid con la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, para solicitar el apoyo del Gobierno de España al Plan de Transición Energética diseñado por la empresa Solvay para su fábrica de Torrelavega, que tiene como objetivo sustituir de manera progresiva el carbón por otros combustibles más sostenibles y reducir las emisiones de dióxido de carbono de sus procesos productivos.
Tras más de dos horas de duración, Revilla ha salido del encuentro con una «impresión favorable» y convencido de que la ministra «ha entendido que Solvay está haciendo un esfuerzo importante en la línea de lo que se recomienda en Europa, cumpliendo todas las directivas, como ha hecho siempre una empresa que ha sido ejemplar en Cantabria en el cumplimento de las normas».
«Yo me voy satisfecho», ha insistido el jefe del Ejecutivo regional, que ha acudido a la reunión en la sede del Ministerio acompañado por el director general de Solvay para España y Portugal y director de la planta de Torrelavega, Jorge Oliveira; el director del Proyecto de Transición Energética y responsable de Operaciones de Solvay, Fernando Cohnen, y la encargada de Asuntos Ambientales de la empresa, Sonsoles Pérez.
Miguel Ángel Revilla considera que el de hoy es un «paso importante» de cara a conseguir el apoyo del Gobierno de España y de la Unión Europea a Solvay, «porque encaja en los planteamientos que van a ser de obligado cumplimiento en una agenda encaminada a la lucha contra el cambio climático».
Según ha dicho, «la descarbonización es ya un imperativo legal» para el año 2025 que obliga a las empresas a una producción menos contaminante como la que quiere llevar a cabo la firma química belga en sus instalaciones de Barreda, gracias a un proyecto que supondrá una inversión de más 120 millones de euros, la creación de 30 nuevos puestos de trabajo y el mantenimiento de los existentes.
Revilla ha explicado que este «gran y costoso proyecto» consiste en la instalación de una nueva caldera de Combustible Derivado de Residuo (CDR), «que es vanguardia en España» y utiliza como fuente de energía los desechos provenientes de la actividad humana, que actualmente tienen como destino el vertedero.
El presidente cántabro ha valorado que la planta de Torrelavega se ha adelantado a este proceso de transición energética y «lleva años dando pasos para ponerse al día», por lo que confía en que el plan presentado hoy a la ministra sea merecedor de recibir la ayuda estatal y comunitaria, al igual que sucede en otros países europeos.
Por su parte, Jorge Oliveira ha agradecido el apoyo de Miguel Ángel Revilla y ha señalado que Solvay Torrelavega lleva 3 años trabajando en este «ilusionante» proyecto que permitirá a la fábrica producir de forma más sostenible y mantener su competitividad en el mercado internacional.
«Estamos en el punto de pasar de las palabras a los hechos», ha dicho Oliveira, que ha anunciado la próxima composición de un equipo de trabajo integrado por representantes del Ministerio y de la propia empresa para avanzar en la ejecución del mismo.
Finalmente, el director general de Solvay ha calificado como «muy positivos» tanto el encuentro mantenido hoy con la ministra como el celebrado en abril con la secretaria de estado de Energía, Sara Aagesen, que también ha estado presente en la reunión junto con los directores generales de Calidad y Evaluación Ambiental, Ismael Aznar, y del Agua, Teodoro Estela.
Plan de Transición Energética
Solvay ha diseñado un Plan de Transición Energética para alcanzar la neutralidad en carbono de sus emisiones en el horizonte temporal del año 2050. Para ello, proyecta instalar una nueva caldera de Combustible Derivado de Residuo (CDR), que supondrá una inversión de 120 millones de euros y la creación de una treintena de nuevos puestos de trabajo, y la conversión de la actual instalación de cogeneración de carbón en otra de cogeneración de gas de ciclo Rankine, con un coste de 5 millones de euros.
La firma belga está presente en Torrelavega desde hace 112 años. Es la fábrica más grande de carbonato y bicarbonato sódico de Europa occidental y la única de estas características que existe en España. Produce materias primas fundamentales para la elaboración de detergentes, productos sanitarios, farmacéuticos y de higiene personal, alimentos y también para el tratamiento de gases de combustión.
Representa el 2,5% del PIB de Cantabria y emplea a más de 360 personas de forma directa y a otras 350 de forma indirecta.