La Asociación de Periodistas de Cantabria (APC) lamenta de forma rotunda que algunos inspectores de Sanidad de la Consejería de Sanidad amenacen a establecimientos hosteleros con imponer multas si ofrecen prensa en papel a sus clientes. La Asociación ha enviado una carta al titular de Sanidad del Gobierno de Cantabria, Miguel Rodríguez, en la que se rechaza esta interpretación de sus inspectores máxime cuando la Organización Mundial de la Salud ha señalado que el papel prensa, por sus características, no transmite el coronavirus.
Diversas fuentes oficiales han confirmado a la APC que no existe protocolo o reglamentación alguna en España o Europa que prohíba el uso del papel prensa como posible transmisor del virus. Al contrario, son numerosas las fuentes de información (por ejemplo la OMS y o la revista científica Journal of Hospital Infection, entre otras), según las que nunca ha habido un incidente documentado en el que el Covid-19 haya sido transmitido por un periódico, revista, carta impresa o paquete.
Asimismo, los Gobiernos de otras Comunidades Autónomas, como Asturias o Castilla y León, especialmente castigada por la pandemia, han señalado oficialmente que el uso del papel prensa está exento de cualquier riesgo de contagio, incluso cuando es compartido por diferentes personas.
En consecuencia, y siempre según los estudios científicos actuales, la Asociación de Periodistas de Cantabria quiere compartir un mensaje de tranquilidad tanto a la población en general como a los establecimientos hosteleros que ofrecen la prensa a sus clientes, ya que no existe riesgo significativo de contagiarse con el COVID-19 al leer los periódicos, y siempre que se cumplan las medidas obligatorias generales, como el uso de mascarillas o la desinfección habitual de manos.
Al mismo tiempo, si bien la APC comprende la tensión a la que están sometidos muchos colectivos profesionales, como por ejemplo los inspectores de Sanidad, insta al titular de la Consejería, Miguel Rodríguez, a clarificar este extremo en su departamento para que no se produzcan situaciones injustas, seguramente por un exceso de celo que no está cimentado en ninguna norma ni estudio científico.