23/11/2024

nada personal, solo información

Vísteme despacio que tengo prisa

Benito Pérez Galdós asegura en uno de sus «Episodios Nacionales» que la frase la dijo Fernando VII el que al ver que uno de sus sirvientes no atinaba a vestirle antes de una importante reunión, fruto del nerviosismo ante la premura.

El sabio refranero popular nos habla de las prisas, “las prisas no son buenas para nada”, y nos recuerda que, por querer ir mas deprisa, a veces se va mas despacio, porque “no hay atajo que no cueste trabajo”

Y el emperador Augusto solía decir a sus sirvientes «apresúrate lentamente».

Si hacemos caso a nuestros mayores hagamos las cosas “sin prisa, pero sin pausa”.

Si queremos hacer algo bien tenemos que hacerlo con tranquilidad, sin correr, y con constancia.

Parece que pasaremos a la fase 3, pero esto no debe ser un desfase. No por querer acelerar la economía hemos de perderle miedo a la enfermedad. Tenemos ejemplos de todo tipo. Países que han afrontado de muy diferentes maneras la pandemia. Y lo que sí esta claro es que el confinamiento, la falta de movilidad, ayuda a detener el contagio. Port otra parte, la forma mas antigua de paliar las plagas y las epidemias: la cuarentena.

Es importante que nuestros políticos no se dejen presionar, y la lógica y la ciencia siga siendo la estrategia perfecta.

Las recetas son fáciles. La mascarilla como elemento que palía el contagio. La responsabilidad individual y el respeto a los demás que nos tienen que hacer plantearnos salir cuando padecemos algún síntoma. Y seguir la regla de tiempo e intensidad. Cuanto mas tiempo pasemos en grupo, y cuanto mas intensa sea la cercanía, mayor posibilidad de estropear lo que hasta ahora venimos consiguiendo.

Y lo mas importante, sin miedo, pero con respeto.

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