El presidente Donald Trump sigue presionando para que la hidroxicloroquina sea un tratamiento base contra coronavirus, a pesar de la falta de estudios científicos que respalden sus beneficios y, sobre todo, descarten daños colaterales.
“¿Qué tenemos realmente que perder?”, dijo el mandatario durante la conferencia de prensa del domingo, considerando que la gente está muriendo por COVID-19. “No tenemos tiempo para decir: ‘…Tomemos un par de años y probémoslo’”.
Sin embargo, la idea del republicano es tan desinteresada como aparenta, ya que sus empresas tienen una relación financiera con Sanofi, la farmacéutica que produce el medicamento conocido como Plaquenil.
Ese producto se aplica a tratamientos contra la malaria, pero también lupus y artritis reumatoide. “Los tres fideicomisos familiares de Trump tienen inversiones en un fondo mutuo Dodge & Cox, con Sanofi como el mayor holding”, según The New York Times.
Retomando esa información, la sugerencia “desinteresada” del presidente Trump cobra cierta relevancia económica, indica Forbes. Aunque realmente es mínima, señala la revista, considerando los $2,100 millones de dólares del patrimonio del mandatario.
También señala que el estudio comúnmente citado por el presidente Trump y sus aliados, como el asesor económico Peter Navarro, ya no es respaldado por Sanofi, al considerar que no cumple con “sus estándares de calidad”.
La hidroxicloroquina se aplica en pacientes con coronavirus en varias partes del mundo, pero no es el único medicamento, sobre todo por la falta de estudios y sus consecuencias en pacientes con problemas del corazón y otros padecimientos.
Fuente: eldiariony.com