Con absoluta lealtad, respaldamos todas las medidas que se han adoptado hasta ahora y todas las que sea necesario adoptar porque cada minuto cuenta en vidas humanas. Eso es lo más importante en este momento: proteger a la población y frenar la pandemia.
Tiempo habrá de reflexionar sobre lo que se ha hecho mal y de pedir explicaciones, pero hoy todos tenemos que remar en la misma dirección y poner el foco en lo que nos une, que es detener la expansión del coronavirus. A diferencia de otras graves crisis del pasado, hoy esta batalla la libramos y la ganaremos juntos.
El comportamiento de los cántabros está siendo ejemplar y, salvo casos aislados, Cantabria está dando ejemplo de un gran civismo colectivo, pero es muy importante que nos tomemos en serio el COVID-19 y que no bajemos la guardia, porque cualquier negligencia puede costar la salud de otros muchos.
Por eso, no nos podemos cansar de apelar a la responsabilidad de todos, a la necesidad de respetar las indicaciones de las autoridades sanitarias y, también, de las fuerzas armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Los cántabros lo estamos haciendo bien y tenemos la obligación de seguir haciéndolo bien. Tenemos un ejército de personas ayudándonos a que así sea.
Nuestros profesionales sanitarios y servicios de emergencias que dan la batalla cada día en condiciones muy difíciles; militares, policías, guardias civiles, farmacéuticos, cuidadores o profesionales de la distribución, miles de personas que están al pie de cañón con los que hemos de cooperar solidariamente.
Tampoco puedo olvidarme en este momento de la labor de nuestros alcaldes, los alcaldes de toda Cantabria y, especialmente, los de los municipios más rurales, que desde la primera línea están dando un ejemplo enorme de valentía y dedicación, asistiendo a sus vecinos más vulnerables.
Pero hoy, no puedo dejar de mostrar la profunda preocupación del Partido Popular y, creo que de toda la sociedad de Cantabria, por el brusco impacto económico que va a tener esta grave crisis sanitaria.
En Cantabria, el impacto de las restricciones impuestas puede ser especialmente intenso. Venimos de un inicio de año en el que las crisis industriales y los problemas del sector primario han sido noticia permanente, y ahora, los confinamientos acaban bruscamente con nuestro mercado turístico a corto plazo y con parte de la actividad logística. Los motores económicos de nuestra comunidad autónoma se van apagando.
El Gobierno de España ha aprobado un paquete de medidas económicas que respaldamos incluso antes de conocerlas, pero creemos que deben complementarse cuanto antes.
Echamos en falta, principalmente, medidas de apoyo a los autónomos, un colectivo de más de 40.000 personas en Cantabria al que el Gobierno debe eximir de pagar las cotizaciones en esta situación de falta de ingresos.
También defendemos un plan de choque fiscal, no sólo con aplazamientos del cobro del IVA, sino con exenciones a las cotizaciones sociales, rebaja del impuesto de sociedades y la suspensión de los de actividades económicas y de establecimiento.
Nuestra comunidad autónoma necesita algo más que el adelanto de las entregas a cuenta del Sistema de Financiación Autonómica con el que ya contaba.
Necesitamos que nos devuelvan los 42 millones de IVA de 2017 que nos adeuda el Gobierno Central y que son imprescindibles para compensar el esfuerzo extraordinario que está recayendo ya sobre nuestro sistema sanitario público.
Cuando volvamos a abrir la puerta de nuestras casas, habrán cambiado muchas cosas. El escenario va a ser completamente distinto y las prioridades van a ser otras.
Esto significa que habrá que reordenar también en Cantabria las prioridades de gasto público para ayudar a sostener nuestro tejido productivo, evitar el colapso de nuestra economía y salvaguardar nuestra sociedad de bienestar.
Los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2020 han quedado desvirtuados en sus previsiones y habrá que reprogramarlos cuanto antes para dirigir todos los esfuerzos a hacer frente a las consecuencias económicas, laborales y sociales de esta pandemia, una tarea de reconstrucción para la que el presidente Revilla sabe que puede contar con el apoyo y los votos del Partido Popular.
El Gobierno de España no está sólo para hacer frente a esta crisis, el de Cantabria tampoco. Vamos a tener que reconstruir España y vamos a tener que reconstruir Cantabria y debemos hacerlo entre todos, desde la unidad y el consenso político, social e institucional.
Como exconsejera de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria y presidenta de los populares de nuestra tierra, os pido responsabilidad.
Además de aplaudirles cada tarde, tenemos que ayudar a nuestros profesionales sanitarios en su tarea evitando contagiar o contagiarnos con aislamiento y, si hay que salir, cumpliendo con la distancia de seguridad y las medidas de higiene.
Responsabilidad, confianza y colaboración con los que deciden y trabajan para protegernos, y sobre todo, ánimo y serenidad en estos días, porque vamos a poder con el coronavirus entre todos.
La única vacuna, por el momento, es seguir las normas y el mejor medicamento, la paciencia.