Las protestas de los agricultores contra los bajos precios de las últimas semanas podrían aumentar de intensidad. El campo español verá este jueves como su futuro se decide en Bruselas. Los líderes europeos negociarán el presupuesto común para el período entre 2021-2027. Con la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de recortar la PAC en un 14% la supervivencia del sector peligra. Una propuesta que la ministra de Exteriores, Arancha Gonzalez Laya, ha calificado como “injusta” e “insuficiente”.
La Política Agrícola Común, conocida como PAC, es uno de los pilares de la construcción europea. Dotada con casi el 40% del presupuesto representa la mayor partida presupuestaria de la Unión Europea. Pero su volumen no deja de disminuir. En 2012, Guillaume Fastré se hizo cargo de una granja cerca de Namur, al sur de Bélgica. Sin la ayuda europea, no sabe si podrá continuar con su actividad.
«La ayuda global es más elevada que el dinero que anualmente destino a mi salario. Entonces haciendo un cálculo muy simple: sin ayuda no hay salario. En ese momento iría a trabajar a otro sitio para tener un salario. Y desafortunadamente la granja solo sería un hobby», ha asegurado Fastré.
El sueldo promedio de los agricultores en la UE es del 40% del salario medio. Más allá de los ingresos, todo un modelo de producción sería cuestionado por una reducción de los fondos de la PAC. Con 290 reses y casi 4.800 pollos, Fastré dirige una granja familiar que no sobreviviría sin el apoyo europeo. «La granja a escala humana corre el riesgo de desaparecer sin las ayudas actuales. Para eso es realmente la ayuda, es para mantener de forma viable la agricultura a escala humana y respetuosa con el medio ambiente en nuestras regiones».
Para Guillaume Fastré, la diversidad del modelo agrícola europeo depende de la PAC. Además, los agricultores y ganaderos tienen un papel clave para que la Unión alcance sus objetivos medioambientales. Pero para cumplir con unas obligaciones comunitarias cada vez más precisas, los productores deben invertir en nuevos equipos para satisfacer los últimos requisitos.
«Podemos trabajar con equipos viejos. Quizás podríamos extender su vida útil en un año, dos años, tres años, pero no podemos dejar que todo el equipo falle en el mismo momento. Por eso, si queremos seguir contando con granjas eficientes y seguir usando nuestras herramientas, necesitamos estas ayudas», ha explicado Fastré.
Para los Fastré, granjeros de tradición familiar, las negociaciones sobre el presupuesto dedicado a la agricultura son vitales. Una cuarta parte de los empleos agrícolas en la Ia UE han desaparecido desde 2005. La PAC es, también, una cuestión de renovación generacional. En 2016, tan solo el 8,6% de los agricultores españoles tenían menos de 40 años.
Fuente: euronews.com