Los cántabros han reciclado en el primer semestre de este año cerca de 25.000 kilos de medicamentos, lo que supone un aumento de más del 2,3 % y continúa la tendencia positiva de los últimos cuatro ejercicios, en los que esta práctica ha experimentado un incremento del 2,8%.
Esa cifra supone que entre enero y junio se han depositado de media casi 16 kilos de residuos al mes en cada una de las 262 farmacias de la Comunidad que cuentan con un punto de reciclaje, de las 271 oficinas que hay en total y a las que se sumará una decena.
Se trata de «un buen resultado, que hay que continuar», ha valorado el consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, en una rueda que ha ofrecido este lunes junto a la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, Rita de la Plaza, y al director general de Sigre, Juan Carlos Mampaso, para dar a conocer resultados medioambientales del Sistema Integrado de Gestión de Residuos y Envases en la región.
Acompañados del director general de Farmacia del departamento de Sanidad, Jorge de la Puente, todos han destacado la importancia del reciclaje de medicamentos y sus respectivos envases -hábito que está implantado en el 86% de los hogares cántabros- por un doble objetivo: sanitario y medioambiental.
Así, se logra un «doble objetivo con un solo gesto», ha animado el también titular de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, quien ha alertado del «riesgo» de automedicarse y del «peligro» que conlleva el consumo de medicamentos que se guardan y acumulan en los hogares «por si acaso».
Blanco ha advertido al respecto que los fármacos y sus envases no deben tirarse a la basura, porque contaminan y, también, porque hacen que la bolsa de basura «pese más». En este sentido, ha señalado que el tratamiento de la basura es «muy caro», de unos 100 euros por tonelada.
Por eso, tanto él como De la Plaza y Mampaso, han insistido en la necesidad de revisar de forma periódica, varias veces al año, los «botiquines caseros» que los ciudadanos tienen en casa y que «a veces son una auténtica farmacia», según ha apostillado la presidenta del Colegio, que ha llamado a llevar los que no usen o estén caducados en los puntos Sigre de las farmacias, donde se empezaron a implantar en el año 2002.
Se trata a su juicio del lugar «idóneo» para ser depositados, por la proximidad de las oficinas a los domicilios y la seguridad en el tratamiento de los residuos.
En este sentido, la recalcado que el 98% de los cántabros tiene una farmacia «cerca» de su casa hasta el punto de que «puede ir andando», de modo que «no hay excusa para no reciclar» los medicamentos.
De la Plaza también ha considerado al respecto que Sigre es «el compromiso con el medio ambiente que tienen las farmacias», ya que la mayoría de las que hay en Cantabria tiene un punto de reciclaje.
RECICLAJE
La entidad, sin ánimo de lucro y creada a iniciativa de la industria farmacéutica, se hace cargo de los envases vacíos con restos de medicamentos no consumidos o caducados que se acumulan en los domicilios.
El objetivo es evitar que se tiren a la basura o por el desagüe, contaminando el suelo y el agua. En este sentido, el 95% de los cántabros considera que deshacerse así de los medicamentos perjudica al medio ambiente, como ha indicado el presidente de Sigre, que también ha recordado que tras el reciclaje se da un tratamiento adecuado a envases y restos de productos para transformarlos en energía.
Mampaso también se ha referido a la vertiente sanitaria de esta práctica, y ha llamado a retirar de los hogares restos de tratamientos finalizados, caducados o en mal estado, para evitar accidentes o fomentar un uso adecuado de los mismos.
Al hilo, ha asegurado que en nueve de cada diez hogares cántabros se revisa el botiquín doméstico con cierta regularidad y en el 95% de los casos que se hace se retira algún medicamento caducado.
Así, según el 87% de los farmacéuticos, en los últimos tres años ha aumentado el reciclaje de medicamentos por parte de los ciudadanos, que tienen que llevar a las oficinas además de fármacos caducados o que ya no necesitan los envases y cajas vacías, así como prospectos también.
El reciclaje de envases es, precisamente, la «asignatura pendiente», ha indicado Mampaso, que ha señalado que el 67% de los productos vienen envasados en blíster, que es un medicamento aunque esté vacío, por lo que también debe ser reciclado. No se ha de depositar en cambio en un punto Sigre material sanitario, como termómetros, agujas o radiografías, por ejemplo.
Los envases -plástico, vidrio, cartón, papel, etc- se reciclan una vez son descontaminados, mientras que los restos de medicamentos se valorizan energéticamente y se usan como combustible para producir energía.
De este modo, y según Mampaso, se ha evitado la emisión de más de 80.000 toneladas de C02 a la atmósfera y se ha ahorrado el consumo de más de 300 millones de litros de agua.
El presidente de la entidad también se ha referido a las más de 2.400 medidas de ‘ecodiseño’ aplicadas a más de 400 millones de envases, de modo que uno de cada ha reducido su peso o volumen.
En paralelo, se ha iniciado una nueva campaña anual de concienciación, orientada a sensibilizar al ciudadano sobre la importancia que tiene para el medio ambiente y la salud pública colaborar en el correcto reciclado de envases vacíos o con restos de medicinas, e informar también sobre lo que se ha de depositar en los puntos Sigre.
ANTIBIÓTICOS
Esta iniciativa hace una especial incidencia en la importancia de deshacerse correctamente de los restos de antibióticos para evitar resistencias bacterianas.
A este respecto, Mampaso ha alertado de que si no se hace un uso racional del antibiótico puede causar más muertes incluso que el cáncer. Por eso, ha incidido en la importancia de cumplir el tratamiento y no automedicarse.