Entre las espinitas que le quedan, «no haber presidido el primer gobierno de gran coalición en España«, así lo desgrana Mariano Rajoy en su libro «Mariano Rajoy, una España mejor», (Plaza & Janés).
Mariano Rajoy barajó la opción de dimitir cuando se presentó la moción de censura el año pasado. Es una de las cosas que desvela en su libro de memorias titulado Una España mejor, sobre su etapa en la Moncloa. Hemos tenido acceso a algunos extractos. También reconoce que la corrupción ha sido «el talón de aquiles» del PP, aunque también se queja de que la han pagado más cara que otros partidos.
«Cuando salí hacia el Congreso sabía con toda certeza que aquel iba a ser mi último debate parlamentario«. Mariano Rajoy recuerda así aquel 31 de mayo de 2018, cuando se debatía la moción de censura contra él. Cuenta que se defendió lo mejor que supo y después se marchó a comer con los suyos. Fue muy criticado por no quedarse el resto del debate, pero Rajoy se justifica: «Mi presencia, dice, ya era ociosa«.
VISIÓN DE PILAR CERNUDA
Mariano Rajoy rompe su silencio esta semana después de año y medio sin declaraciones, exactamente desde que perdió el gobierno por la moción de censura de Pedro Sánchez. Presenta un libro en el que cuenta la trastienda de sus siete años de gobierno, y ha concertado ya entrevistas con varios medios de comunicación. Estará Rajoy en primer plano, como lo estarán quienes formaron parte de sus equipos; se revisará lo que hizo y lo que dejó de hacer, y con toda seguridad se contrastarán sus decisiones pasadas con las de su sucesor, que precisamente esta semana se juega su pacto con Esquerra Republicana de Catalunya, un pacto que gran parte de su partido considera innoble y que, con el precedente de un acuerdo de coalición con Podemos ya concretado, llena de preocupación a la inmensa mayoría de españoles, incluidos infinidad de socialistas y de votantes socialistas.
La corrupción
En el libro de Rajoy se habla de corrupción. Mucho. Para asumir que hubo casos sangrantes, pero también para denunciar que se trató a la corrupción del PP con distinta vara de medir que la del PSPE. En otros partidos no ha habido corrupción, o no ha habido de forma tan grave, pero la razón no está relacionada con la honradez de los que sirven a determinadas siglas, sino con que es difícil ser corrupto cuando no se manejan partidas presupuestarias o no se toman decisiones que hacen ganar o perder dinero. Rajoy reivindica determinados nombres de su partido que perdieron sus cargos simplemente porque sus imputaciones provocaron tanto escándalo mediático que obligaron a su destitución antes de que se pronunciaran los tribunales, y recoge cómo varios de ellos fueron absueltos de supuestos delitos demasiado tarde para rehacer su vida profesional o política. Destaca el caso de Rita Barberá, que murió sin saber que había sido exculpada de sus supuestos delitos.
En la España actual en la que se vive una preocupación máxima por lo que se avecina, muchos ojos se vuelven hacia la calle Génova con la esperanza de que en la sede del PP se tomen decisiones que permitan desplazar a la izquierda actual, con tan escaso sentido de Estado. El problema es que en esa sede no está la mejor gente del PP, sino personas a las que no falta buena voluntad pero están faltos de experiencia.
El PP actual está muy lejos del PP de Fraga, de Aznar y de Rajoy. Y un libro del que se hablará mucho esta semana lo demuestra.