La Facultad de Agricultura, Alimentación y Desarrollo Rural de la Universidad de Newcastle acaba de publicar un informe que señala que llamar a las vacas por su nombre e interactuar con ellas de manera individualizada, y no como grupo, aumenta su producción de leche en 235 litros anuales. Además, fomenta un mejor comportamiento a la hora de ser ordeñadas y mejora su vínculo con el humano.
A los consumidores les interesa cada vez más no sólo la calidad de la leche, sino también la calidad de vida de las vacas que la producen. Ahora, un nuevo estudio revela que ponerles nombre y tratarlas de forma personalizada aumenta su productividad, al tiempo que crean lazos emotivos con los ganaderos en las granjas ecológicas.
Fuente: elmundo.es