– ¿Cómo y cuándo comenzó su vínculo con Citroën? Venía de ganar el Campeonato del Mundo de Grupo N en el 94. José Mª Barroso, entonces director de Competición de Citroën en España, me llamó para ofrecerme un proyecto a dos años con la marca en el Campeonato de España de Rallies de Asfalto, al volante del Citroën ZX Grupo A. Me atrajo la idea de descubrir una marca nueva y optar a ganar mi tercer título. Tuve muy buena sintonía desde el principio con el equipo. Pude contar, además, con los mejores ingenieros de los que disponía nuestro preparador, que era Piedrafita Sport. Trabajamos muy a gusto entre todos, los resultados fueron muy buenos, y conseguimos dar a Citroën el primero de sus diez campeonatos nacionales.
– ¿Qué recuerda de cada modelo Citroën con el que ha competido? El Citroën ZX Grupo A era un coche difícil de conducir en aquel momento (mediados de los noventa). Citroën acababa de comenzar a desarrollar coches de competición en nuestro país, y, poco a poco, fuimos adaptándolo a las características de mi pilotaje y de los tramos del Campeonato de España de Rallies de Asfalto. Era un modelo básico, parecido al de serie.
El Citroën ZX Kit-Car que estrenamos en el 97 estaba ya mucho más desarrollado a nivel de ancho de vías, posibilidad de reglaje, y también de motor. Entramos en otra dimensión con esa nueva categoría. Fue un vehículo que me dio muchísimas satisfacciones, pudimos trabajar a fondo en la evolución, con apoyo de Francia, y ganar otro campeonato más.
En el 98 apareció el Citroën Xsara Kit-Car, uno de los coches que mejores recuerdos me trae, en el que más he disfrutado por las prestaciones y el sonido tan emblemático que tenía, con aquel motor atmosférico de 290 CV y tracción delantera. Es, sin duda, uno de los mejores coches de rallies para asfalto que se han creado. Fue excepcionalmente trabajado, además, por Piedrafita Sport. Ganamos tres títulos consecutivos a nivel nacional. Eso me permitió dar el salto al Mundial con el apoyo de Citroën Hispania y el respaldo técnico de Julián Piedrafita. Estoy muy agradecido a todos los que hicieron posible que entrara en la órbita de lo que entonces era Citroën Sport. Por aquella época (1998-1999), Philippe Bugalski y yo empezamos a correr rallies de asfalto del Mundial, como Sanremo, Córcega o Cataluña. Los buenos resultados que conseguimos abrió una ventaja para que la marca empezara a desarrollar un WRC a partir del 2000, y pasara a introducirse ya, paulatinamente, en la categoría reina.
Guardo grandes recuerdos del Xsara WRC. Prácticamente no existía todavía cuando empezamos a trabajar de cero, mano a mano, con uno de los mejores ingenieros que he conocido, Jean-Claude Vaucard, que acababa de empezar a diseñar el coche en su libreta. Estuvimos casi un año y medio perfeccionando el diseño y el desarrollo técnico. Lo estrené además a nivel internacional, bajo la denominación de Citroën Xsara T4, ganando el Rally del Mediterráneo de 2001. Citroën Sport hizo una labor increíble. Con mucho trabajo y muchas horas de esfuerzo, conseguí meses más tarde la primera victoria absoluta en el Mundial del Citroën Xsara WRC, un coche que supuso todo un referente en los rallies durante bastantes años. También logré con él mi octavo título nacional, en 2002.
– ¿Cuál es el momento más especial que vivió como piloto de Citroën? La victoria en el Tour de Corse de 2001, sin lugar a dudas. Fue una hazaña muy trabajada, no sólo en el propio rally, sino, también, durante toda la fase de desarrollo del Citroën Xsara WRC. Estaban inscritos 8 campeones del Mundo, una docena de pilotos oficiales, hubo mucha competitividad e igualdad en aquel Tour de Corse. La victoria que conseguí con Marc Martí fue el fruto del trabajo de todos los años que estuve luchando y peleando por tener una oportunidad en el Mundial.
– ¿Qué supuso Citroën a lo largo de su carrera deportiva? Ha sido la marca que me ha permitido conseguir mis mayores triunfos deportivos, en la que más años me he mantenido. Fue donde, realmente, me hice piloto profesional, donde conseguí los mejores resultados de todo mi palmarés. Estoy tremendamente agradecido a Citroën por todas las posibilidades que me dio durante mi carrera, y plenamente satisfecho de todos los logros que conseguimos juntos.
– ¿Y en la historia del Campeonato de España de Rallies de Asfalto? Indudablemente, Citroën marcó una época en los años noventa, hizo mucho bien no sólo al Campeonato de España de Rallies de Asfalto, sino al automovilismo español en general, consiguiendo numerosos títulos nacionales, impulsando copas de promoción en rallies y circuitos… Fueron años gloriosos. Personalmente, por todo lo que ha supuesto la marca para mí, es una satisfacción ver que Citroën vuelve a protagonizar ahora podios y victorias.
– ¿Cómo valora el presente de la marca en los campeonatos de España de rallies? Creo que, ahora mismo, Pepe López es el piloto número uno en España, y lo va a demostrar ganando posiblemente el S-CER (Supercampeonato de España de Rallies) y el CERA (Campeonato de España de Rallies de Asfalto) con un coche espectacular, de última generación, como es el nuevo Citroën C3 R5. Pepe está a un nivel altísimo, lo demuestra en cada carrera, y también a nivel internacional, cuando sale a correr fuera de España. Merece esta oportunidad que le está dando Citroën para intentar labrarse un futuro en el Mundial de Rallies (WRC). Personalmente, le voy a ayudar en todo lo que pueda. Está muy bien asesorado por José Pedro Fontes y la estructura de Sports&You. Tiene muchísimo porvenir.