Publiqué en los meses de Abril y Mayo de este 2019 dos artículos titulados “La desaceleración económica ha llegado I y II, en ellos, negro sobre blanco, señalé los principales indicadores que estaban afectando negativamente el sano discurrir de la economía española.
Desde entonces hasta la fecha todos los dato de tendencia no hacen sino ahondar en la situación, anunciando una crisis que refleja tanto el Indicador Sintético de Actividad como el Índice de Sentimiento Económico, claramente reflejados tanto por el descenso de la demanda interna, la caída del consumo de energía y el crédito al sector privado.
Esta situación que dadas las evidencias no podrá ser ocultada a la sociedad española como hicieron en 2008 necesita actuaciones que en buena medida eviten caer en los mismo errores, pues sería insoportable que los Bancos centrales vuelvan a inundar de dinero barato la economía, sería insoportable que los mercados de valores volviesen a actuar sin responsabilidad, sería insoportable que los bancos se aventurasen de nuevo dando liquidez hasta para plantar magnolios en el Gobi o concediendo créditos para vivienda a quienes objetivamente no podían afrontar sus compromisos, sería por fin insoportable para la Nación que los gobiernos continuasen gastando y aumentando la deuda del Estado.
Todo esto ocurrió en 2008, esto y el ocultamiento que de las crisis se hizo al común, de tal forma que mucha gente tomó decisiones económicas que creía racionales cuando la realidad es que estaban siendo víctimas de un engaño.
Para minimizar los efectos de la crisis que se avecina y que esta sea lo más transitoria posible son necesarias una serie de medidas, que sin entrar de lleno en un programa sobre los cambios estructurales que se necesitan: Tamaño del Estado, empleados públicos, competencias autonómicas, separación de poderes, planes hidráulico y energético, Ley electoral, situación territorial, etc … son las siguientes :
Gasto Público : Hay que establecer por Ley el equilibrio presupuestario y disminuir la deuda pública, no hay País que resista indefinidamente una deuda situada en los umbrales del 100 % del PIB con los costes de financiación que ello supone, baste recordar como en 2012 España con una Prima de Riesgo cercana a los 700 puntos básicos estuvo a punto de ser intervenida. La disminución del gasto público es posible ya que el entorno del 35 % de los PGE son gasto corriente, financiero, burocrático y clientelar. El asunto es de decisión política.
Impuestos : Los impuestos en España son en casos confiscatorios, siempre voraces, mediatizan la vida de la gente y de las empresas, producen desmoralización social, además de un rechazo palmario de la actividad del Estado cuestionado por un tumoral gasto improductivo.
Es imprescindible por decencia con la gente bajar el IRPF y por inteligente en lo económico disminuir el impuesto sobre sociedades. Además de estos hay que eliminar por completo haciéndoles desaparecer por apandadores, los impuestos al ahorro, al patrimonio, a las herencias, las donaciones y por supuesto a los estúpidos, por nocivos, impuestos que se aplican tanto a la creación de empresas como a los aumentos de capital de las ya existentes.
Evidentemente la reforma fiscal que necesita España sería siempre necesaria, no únicamente como medida ante la crisis que se avecina, sino porque los españoles no hemos nacido para vivir en un infierno fiscal.
Fuente: opinioneslibres.es
Autor: Alfonso del Amo-Benaite. Consultor de Mercados & Marketing.