El municipio de Piélagos se ha sumado este sábado al reto de combatir la denominada #Basulareza, es decir, los residuos que son tirados o abandonados en entornos rurales y costeros, en lugar de depositarlos en el contenedor correspondiente, lo que ocasiona un importante perjuicio no sólo al medio natural sino también a la fauna.
Lo ha hecho de la mano del #ProyectoLIBERA de vigilancia ambiental en espacios naturales, para el seguimiento de basuras marinas 2019, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), en colaboración con Cruz Roja Española, Ecoembes y SeoBirdLife.
El #ProyectoLIBERA, desarrollado en nuestra comunidad autónoma, a través de Cruz Roja Cantabria, ha recalado este sábado en la playa de Valdearenas, en Liencres, donde se ha llevado a cabo una jornada de sensibilización y educación ambiental, que ha incluido una limpieza de recogida de basura marina por parte de voluntarios y usuarios del arenal.
¿Cómo llega un bastoncillo de los oídos a la playa?
José Cacho Izaguirre, biólogo y técnico de Medio Ambiente de Cruz Roja Cantabria, ha hecho hincapié en que el objetivo de estas jornadas que Cruz Roja Cantabria desarrolla en cinco playas de la región pasa por sensibilizar y concienciar a la población sobre el problema de las basuras marinas.
Para ello, según ha dicho, se lleva a cabo una recogida colectiva de residuos antrópicos, es decir, aquellos generados por la acción humana, que llegan, a través de los ríos o el propio mar a las playas y que, durante la época estival, son depositados por los usuarios de las playas.
En este sentido, ha explicado que, una vez recogidos, los residuos son clasificados y caracterizados para, posteriormente, proceder a su reciclaje.
La idea es que los participantes se hagan preguntas sobre cómo o de qué manera un determinado residuo puede terminar en la arena y, en el caso de los más pequeños, trabajar estas cuestiones mediante el juego, ha enfatizado.
José Cacho Izaguirre ha hablado este sábado a los participantes en la jornada de sensibilización del #ProyectoLIBERA de los residuos más habituales en las playas, entre los que ha destacado, las colillas; las botellas; los plásticos; los tapones; las bridas; las cuerdas o, incluso, los bastoncillos de limpieza de los oídos.
Ante la sorpresa del grupo sobre el origen de estos bastoncillos, el biólogo y técnico de Medio Ambiente de Cruz Roja Cantabria ha relatado que, en ocasiones, la gente, en sus hogares, los tira por el inodoro, por lo que a través de las canalizaciones de saneamiento, en muchos casos, acaban en ríos y mares y, de ahí, a la costa.
José Cacho Izaguirre ha incidido en que el plástico es un elemento que dura mucho, entre 50 y 250 años o incluso más y ha advertido de que el problema de este material es el uso desmesurado del mismo.
En la misma línea ha señalado que, cuando lo tiramos en la naturaleza, llega a las costas y océanos, se degrada, se va formando tamaños más pequeños y entra a formar parte de la propia fauna.
Un pez se puede comer esos pequeños trozos de plástico, al confundirlos con comida, acaba intoxicándose y nosotros, cuando nos comemos el pez, nos intoxicamos también, ha relatado.