23/11/2024

nada personal, solo información

«Las especies marinas están cambiando sus hábitats y sus migraciones»

ENTREVISTA a dúo con Alberto Fernández Reigadas (1966) y Pablo Tejero Obregón (1986), ambos pescadores profesionales con muchos años en las embarcaciones cántabras y, en este caso, acompañados en la imagen por José Antonio, también pescador profesional. Puntos de vista sobre el cambio climático, la alimentación del mar o la construcción de espigones o rompeolas en la Bahía de Santander.
1.- ¿Cuántas horas ha estado Ud dedicado en la mar?
Alberto Fernández Reigadas: Sigo en activo, a los 14 años embarqué en barcos de pesca profesional, actualmente sigo en activo con una antigüedad de 39 años.
Pablo Tejero Obregón: He estado embarcado en barcos de pesca profesional desde los 16 años hasta los 26 años, primero como marinero y luego como patrón de pesca.
2.- ¿Qué cometido principal ha tenido o tiene? 
Alberto: Actualmente ejerzo como gerente y patrón de la empresa de Amarradores del Puerto de Santander.
Pablo: Actualmente y desde los 26 años ejerzo como buceador profesional.
3.- Como conocedor del mundo de la mar, ¿percibe el cambio climático?
Alberto: Sí, percibo el cambio el cambio climático, y cada año mas.
Pablo: Sí, percibo el cambio climático diariamente.
4.- Dígame, por ejemplo, en las playas de Santander y del resto de Cantabria, ¿cree que el agua está más caliente? 
Alberto: Sí, notamos cada día una subida, cada día más.
Pablo: Sí, noto cada año unos cambios abruptos de la temperatura tanto positivos como negativos en invierno.
5.- En Galicia están muy preocupados con la invasión de la estrella de mar, ¿aquí también?
Alberto: Aquí hay estrellas marinas todo el año, pero ni mucho menos sufrimos una invasión.
Pablo: Aquí hay estrellas marinas, pero no hay invasión ni mucho menos.

6.- Los productos del mar, del que viven muchas familias de Cantabria, ¿se ve o se verán afectados en un futuro por el cambio climático?Alberto: En futuro no muy lejano creemos que las especias marinas sí se verán afectadas por el cambio climático.Pablo: Notamos que las especies marinas están cambiando sus hábitats y sus migraciones.

7.- Sin entrar en valoraciones políticas, dígame, ¿es necesario que en la bahía de Santander haya más espigones o más rompeolas?Alberto: A nuestro entender, no.                                                                              Pablo: No.

8.- Cada vez el ciudadano se pregunta con más asiduidad, ¿qué comemos los consumidores de pescado? Porque comemos pescado, pero ese pescado a su vez, ¿qué come en la mar? ¿Es bueno lo que comemos?
Alberto: El pescado que se consume directamente del mar está en perfectas condiciones de calidad y pasa por todos los controles de calidad tanto legales por tallas mínimas, como cuotas de pesca y controles sanitarios.
Pablo: Todo el pescado del mar pasa unos exhaustivos controles de calidad y sanidad.
9.- ¿Se reconoce por la sociedad el trabajo que ustedes hacen en la mar?
Alberto: La sociedad no es consciente del duro trabajo que sufrimos en la mar, malos tiempos, grandes cambios de temperaturas, golpes, duros esfuerzos, y principalmente que en la pesca profesional no hay sueldos fijos, sino que todo va en función de la pesca que se capture y los precios de mercado.
Pablo: La sociedad no es consciente del duro trabajo profesional en la mar,  no hay vacaciones, no hay sueldos, estamos a la intemperie todo el día, sufrimos golpes, fríos, calores, etc.
10.- ¿Qué mensaje enviaría Ud a un político con poder de decisión?
Alberto: Lo primero establecería unos cupos por embarcación no cupos a repartir entre toda la flota ya que el barco pequeño está en inferioridad. También establecería unos precios mínimos a cada pescado respetando por supuesto las tallas mínimas y la calidad del producto (quiere decir la forma de tratarlo ya que todo este proceso en la pesca de bajura es manual) .
Pablo: Cada día el Ministerio está fijando cuotas generales, pero a mi entender cómo se ha hecho en la pesca de la sarda -verdel-, pondría unos cupos asignados a cada embarcación ya que los barcos grandes parten con ventaja respecto al pequeño, y unos precios mínimos al pescado ya que cuando hay demanda el precio sube, pero generalmente es a la inversa y el precio es a la baja.
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