Una característica de España en materia económica es su elevada tasa de paro, la precariedad del empleo y unos salarios a todas luces insuficientes en amplias ramas de actividad.
La insoportable tasa de paro española no se comparece con la de Austria, Dinamarca o los Países Bajos, ejemplos de eficacia y bien hacer, no soporta siquiera comparación con la estatista e intervenida Francia.
Nos encontramos por lo tanto ante un enorme problema, el problema digo yo, de España, causado en muy buena medida por el endiablado, intervencionista e ineficiente ecosistema de contratación laboral y que la nuestra sea una Nación de pymes, con las dificultades que ello supone actualmente en la economía mundial al tener un tamaño medio las empresas españolas de cuatro trabajadores. Las pymes suponen el 95 % del total, mientras que las que emplean a más de 250 trabajadores son únicamente el 0,20 %, lo que deja en barbecho las economías de escala, la productividad y los salarios.
Hemos visto en los últimos tiempos datos muy preocupantes sobre rentas salariales, desarrollo humano, niveles de ahorro o endeudamiento privado que evidencian como estamos pagando las consecuencias de unas elevadas tasas de paro que imposibilitan, siquiera planear, proyectos de vida y planes de futuro a mucha gente.
Esta situación hace que el panorama sea muy poco esperanzador, sin trabajo no se es libre y no es únicamente de dinero de los que hablamos (que también), se trata de sentirse vivo, activo, dueño del futuro individual afrontado bajo la propia responsabilidad.
Conviene tener presente que las necesidades, que además son debilidades, de la Nación pasan por ciudadanos que puedan trabajar si quieren, única posibilidad de mejora constante de la economía a través del consumo, de la evolución demográfica, de los ingresos fiscales y del liberticida sistema español de pensiones.
¿Lo demás? cabalgar sobre las olas de las Quebrantas.
Fuente: opinioneslibres.es.
Alfonso del Amo-Benaite. Consultor de Mercados & Marketing , pertenece a la Organización Profesional AEDEMO y al European Marketing Council.