La confluencia Unidas por Santander propone un total de 332 medidas articuladas en once ejes para «recuperar la ilusión y la ciudad» y «cambiar y mejorar» la calidad de vida de sus vecinos. Pretenden gobernar el Ayuntamiento, que sea «democrático» y «cambiarlo todo«.
Las propuestas se incluyen en el programa electoral con el que la agrupación –conformada por Izquierda Unida, Podemos, Santander Sí Puede y Equo– concurre a los comicios del próximo 26 de mayo con Miguel Saro, portavoz y concejal de IU, como candidato a la Alcaldía.
Acompañado de Antonio Mantecón, Lydia Alegría y Gabriel Moreno, portavoces del resto de partidos y miembros de la candidatura, ha presentado las iniciativas de esta confluencia, para lograr que la capital cántabra «ponga en el centro de la vida pública los cuidados» de los ciudadanos, que tenga como «prioridad» a los habitantes y que sea «inteligente y ambientalmente acogedora».
El documento, que se puede consultar en la web de la confluencia, se basa en el análisis de los problemas que presenta Santander, para atender así las demandas y necesidades de los vecinos e impulsar otras mejoras.
El programa tiene varios objetivos, que parten de la cobertura de «las necesidades más básicas» de los ciudadanos, pues las prioridades se centran en las personas. Es, según destacan los portavoces de la confluencia, un programa «para gobernar Santander, para un Ayuntamiento radicalmente democrático y para cambiarlo todo».
MEDIDAS CONCRETAS
Los representantes y candidatos de Unidas por Santander han desgranado, en su comparecencia ante los medios, las medidas de los diferentes bloques y áreas, y entre las que han destacado auditar los compromisos adquiridos hasta ahora por el Ayuntamiento, que rinda cuentas, y una mayor transparencia, que se ha de llevar a niveles que sean «disuasorios» contra la corrupción, creando un observatorio ciudadano específico.
También reivindican una participación «real y no de cara a la galería» de la ciudadanía. En este sentido, para implementar esa participación se proponen consultas y referéndums vecinales para, por ejemplo, asuntos como la reordenación ferroviaria de la ciudad.
La confluencia también es partidaria de elevar hasta cerca de 15 millones los presupuestos participativos, y que las cuentas públicas en general sean progresivas en materia de impuestos y tasas en función de las rentas.
Recuperar «la participación y la transparencia» para lograr un Ayuntamiento «para todas las personas» es otra idea, de cara a la cual consideran «vital» recuperar la gestión financiera municipal, una fiscalidad «verde, progresiva y solidaria» que permita un modelo de crecimiento sostenible.
Al hilo, apuestan por que el Ayuntamiento que genere electricidad desde fuentes renovables que sirva, en un primer momento, para la autosuficiencia de edificios e instalaciones municipales, pero pudiendo generar más y obtener ingresos por ella.
También apuestan por el empleo y proponen un plan para que el Consistorio sea «empleador de último recurso», así como recuperar la vivienda, para que no haya «gente sin casas ni casas sin gente».
En este último ámbito han diseñado un nuevo protocolo antidesahucios además de un programa de inspección y registro de viviendas deshabitadas en la capital cántabra, para censar los que están en «permanente desocupación», empezando por los que son propiedad de entidades financieras y grandes empresas.
El urbanismo y la movilidad será la «piedra angular» para diseñar un consensuado Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), al tiempo que apostarán por recuperar la gestión pública de los servicios ciudadanos y promoverán la igualdad con «la sensibilidad y tolerancia de un Ayuntamiento con talante feminista».
Detrás del objetivo de «recuperar Santander» de la confluencia están otros, como remunipalizar los servicios públicos con una «gestión eficiente de los recursos naturales y humanos», crear un parque público de vivienda accesible y eficiente que «dinamice los miles de pisos vacíos» que hay en la capital cántabra, promover un urbanismo «racional» y acabar con «el Santander d postal y el Santander del patio de atrás».
Asimismo, persiguen unos servicios sociales, sanitarios y «emocionales» atendiendo a quienes no tienen forma de cubrir sus necesidades básicas si no es mediante prestaciones de la administración local, y potenciar políticas educativas y culturales para una cultura «crítica, ambiental, viva, accesible y democrática», que esté «a la altura» de los creadores de la ciudad.
En el área medioambiental, abogan por la protección de especies protegidas del municipio y sus hábitats, y un turismo sostenible, habilitando un tasa para paliar los impactos sociales, territoriales y ambientales de la actividad al tiempo que se rechaza el turismo residencial.