Torres Quevedo editó en Bilbao su primer trabajo científico y presentó alguno de sus proyectos
Itsasmuseum ( https://itsasmuseum.eus/ ) –Museo Marítimo Vasco– ha inaugurado este miércoles una exposición sobre el ingeniero Leonardo Torres Quevedo, una de las figuras más relevantes de la ingeniería naval de todos los tiempos, considerado un «prodigioso» inventor, publica el periódico vasco https://www.deia.eus
La exposición «Leonardo Torres Quevedo. Ingeniería Naval en la obra del más prodigioso inventor de su tiempo«, que permanecerá abierta hasta el 24 de noviembre con entrada libre, está compuesta por una serie de 12 paneles, con textos e imágenes, algunas maquetas y otros objetos.
Ingeniero matemático
La muestra acerca la vida y la obra de Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña, Cantabria, 1852-Madrid, 1936), que fue descrito en 1930 por el periódico Le Figaro como «el más prodigioso inventor de su tiempo». Según ha informado la organización, con sus máquinas algébricas, Torres Quevedo se consolidó como el ingeniero matemático más destacado al finalizar el siglo XIX.
Su sistema de dirigibles autorrígidos, patentados en España y comercializados desde Francia y el Reino Unido hacia Rusia, EE. UU. y Japón, lo posicionó como un ingeniero aeronáutico de talla mundial en las primeras décadas del siglo XX, ha explicado la organización. Además, según ha señalado, su transbordador del monte Ulía en Donostia (al que seguiría el transbordador del Niágara en Canadá) abrió el camino para la construcción de teleféricos para personas en el resto del mundo.
Asimismo, el «telekino», el primer mando a distancia efectivo de la historia, precedente de los actuales drones, le permitió triunfar como ingeniero industrial y de telecomunicaciones. Los organizadores también han indicado que con sus ensayos sobre Automática, sus autómatas ajedrecistas y su aritmómetro electromecánico, se adelantó en varias décadas a todos los pioneros de la informática del siglo XX.
Torres Quevedo y su vinculación con Bilbao
Torres Quevedo tuvo una gran vinculación con Bilbao, ciudad a la que se trasladaron sus padres cuando él era un recién nacido. En Bilbao pasó su infancia y cursó sus primeros estudios y en Bilbao Pilar Barrenechea, marquesa de Vargas, le declaró heredero universal de la considerable fortuna acumulada por su linaje. También en Bilbao editó su primer trabajo científico y presentó alguno de sus proyectos. Entre otros desarrollos, adaptó al bote eléctrico Vizcaya, su «telekino«, en los Astilleros del Nervión, lo que lo convertiría en el primer barco teledirigido de la historia en el Abra de Bilbao.
También es destacable su binave, construida en los Astilleros Euskalduna y ensayada en la ría y en un viaje entre Santurce y Santoña, que se convertiría en el origen de los catamaranes modernos.