Cantabria es una tierra de contrastes y de una belleza natural como pocas. Uno de los tesoros más preciados de esta región son, sin duda, los valles pasiegos. Este rincón enamora a todos y cada uno de sus visitantes. Un verde de lo más exuberante, montañas majestuosas y pueblitos pintorescos son los secretos de su encanto. Pero, ¿de dónde proviene el término «pasiego» que da nombre a esta zona y a sus habitantes? Vamos a adentrarnos un poco en la historia y cultura cántabras para entenderlo mejor.
¿Cuál es el origen del término pasiego?
Como decíamos, pasiegos son los valles. pero también sus habitantes. Sobre la etimología, hay varias teorías, pero en todas nos tenemos que remontar a épocas muy antiguas. Ten en cuenta que la primera mención escrita que se conserva de «Pas» es de nada menos que del siglo IX. Así, probablemente derive del vocablo latino «passus», que aludiría a las antiguas rutas para desplazarse de un valle a otro. Estos caminos, estrechos y sinuosos, conformaban la principal vía comunicación en la región, permitiendo a los pasiegos desplazarse entre los valles y conectar con otras comunidades.
Otro posible origen, aunque más bien legendario, es que el germen linguístico procede del pax latino, en referencia a la paz entre cántabros y romanos. También hay expertos que afirman que el origen es la palabra passagio, un impuesto que se pagaba a Castilla en la Edad Media para atravesarla con el ganado.
¿Quiénes son los pasiegos?
El término pasiego hace referencia al habitante de la Pasieguería, un territorio que comprende las cabeceras de los valles de los ríos Miera, Pisueña y Pas. Pero, además, incluye los cuatro valles más septentrionales de Espinosa de los Monteros, en Burgos. El gentilicio pasiego también se utiliza para referirse a los habitantes de áreas cercanas que, aunque no forman parte de la Pasieguería, siguen o seguían las tradiciones y costumbres de los pasiegos, como la trasterminancia, el uso del cuévano y la construcción de cabañas de piedra y madera.
La historia y la cultura pasiegas
Los pasiegos, a lo largo de los siglos, han forjado una identidad y una cultura únicas. Su estilo de vida se ha adaptado a las condiciones geográficas y climáticas del entorno, marcado por las montañas y los valles. La ganadería ha sido una de las actividades más importantes de la zona, especialmente la cría de ganado vacuno, que ha definido su forma de vida y economía. Estos habitantes de los valles han mantenido a lo largo del tiempo una estrecha relación con la naturaleza y su entorno. Sus tradiciones, costumbres y gastronomía reflejan esta conexión profunda con la tierra. La preparación de productos lácteos, como el famoso queso pasiego, es un ejemplo claro de la influencia de la ganadería en su cultura culinaria. También lo es la mantequilla, ingrediente esencial de la quesada o los sobaos.
Como ves, los valles pasiegos son mucho más que un destino turístico; representan la historia viva de Cantabria y su gente. El término pasiego recoge la esencia de un pueblo que ha sabido adaptarse a su entorno y conservar su cultura a lo largo de generaciones. Visitar esta región es adentrarse en un mundo de tradiciones y naturaleza, en donde es posible descubrir la riqueza de la historia cántabra. Las reservas para conocer mejor los valles pasiegos se puede realizar en https://www.avaibook.com/reservas/nueva_reserva.php?idw=6067&cod_propietario=10741&cod_alojamiento=14569&lang=es