El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, visitó Cantabria. La visita de Pedro Sánchez a una de la regiones más pequeñas de España se ha realizado al más puro estilo del actual presidente de la región, Miguel Ángel Revilla. Hubo una ocasión en que un ministro de José Luis Rodríguez Zapatero espetó, «dales lo que piden, porque allí arriba son pocos, pero dan mucha guerra». Y el entonces presidente del Gobierno fue condescendiente con un Miguel Ángel Revilla en pleno aire de protagonismo en la capital del reino por aquel entonces.
Pedro Sánchez no ha hecho campaña política en Cantabria, sino que ha realizado la visita de un presidente para sumergirse en la realidad social de sus gentes. ¿Es un viaje rentable políticamente? Lo será en la medida del entendimiento de una visita estratégica. Un presidente del Gobierno, conociendo la perspectiva de tiempo que tiene y lo saben quienes organizan sus desplazamientos en campaña, no es posible hacer una visita como esta al conjunto del territorio. Por lo tanto, sí, es una estancia en la que el pueblo que le recibe debe ser consciente que el tiempo empleado en Cantabria no es posible hacerlo de la misma medida en el conjunto del Estado, porque sencillamente ese tiempo no existe. Es un viaje invertido en el pueblo de Cantabria.
Pedro Sánchez se vistió con traje de faena y entró en el Mercado Nacional de Ganados. Según el alcalde de Torrelavega no tiene memoria de que lo haya visitado un presidente del Gobierno. Y es un mercado de 1973. Ya hay un dato.
Pedro Sánchez estuvo en las cuevas de Altamira, pudo admirar su belleza y compartir un tiempo con los trabajadores del centro y con las gentes de Santillana del Mar. Otro dato exclusivo.
Pedro Sánchez en la Bolera Severino Prieto se atrevió a una pequeña partida en la bolera. Más local, más cántabro y más regio alista imposible.
El falcón aterrizó en Cantabria para compartir un martes social, para compartir un tiempo con unas gentes que precisan conocer al presidente cercano.