El Gobierno de Cantabria ha declarado la Trova Montañesa, versificación popular campesina muy propia de las comunidades rurales de los valles medios y altos de los ríos Saja, Nansa y Bullón, ha sido declarada Bien de Interés Local con la categoría de Etnográfico Inmaterial.
El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Francisco Fernández Mañanes, ha manifestado, en una nota de prensa, su satisfacción por este hecho y ha resaltado que con esta resolución «se reconoce y protege una de las tradiciones orales más singulares» de la cultura de Cantabria.
Según el Gobierno, la Trova Montañesa es «una de las manifestaciones más peculiares y propias de la cultura pastoril y ganadera del occidente cántabro, donde aparece llena de raigambre y particularidad«.
Ha explicado que el 12 de marzo de 2018 la Dirección General de Cultura incoó expediente para la declaración de la Trova Montañesa como Bien de Interés Local Etnográfico Inmaterial y, cumplido el trámite qye marca la ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, propuso su declaración el pasado lunes, 4 de marzo, tras cumplimentarse todos los trámites preceptivos en la incoación e instrucción del expediente.
El Gobierno de Cantabria ha anunciado que la declaración de la Trova Montañesa como Bien de Interés Local Dicha declaración será publicada en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) en los próximos días.
LA TROVA MONTAÑESA
El Ejecutivo ha explicado que la Trova Montañesa se recitaba y cantaba, tradicionalmente, entre los pastores y vaqueros en las reuniones vecinales, en las cantinas y tabernas, y en las ferias y festejos.
Dada su tipología, estas versificaciones cumplen, según el Ejecutivo, «varias funciones de enorme significado societario que tienen por objeto incrementar la cohesión social y corregir o neutralizar las amenazas en ese sentido».
Así, según se señala, se fomenta el conocimiento común de acontecimientos relevantes de la vida cotidiana y, por otra, mediante la crítica de determinadas actitudes y acciones, cumplen la «función correctora y sirven para reprenderlas y censurarlas en la medida en que pueden amenazar el equilibrio social del colectivo«.
La trova se versifica en cuartetas octosílabas con asonancia alterna abcb y/o versos octosílabos encadenados. Se puede recitar con tono y sonsonete característico, o se puede cantar al estilo de la tonada montañesa.
En los valles altos, preferentemente se canta al aire de toná, específicamente en Tudanca y Polaciones, mientras es propio de los pueblos y valles bajos el preferir los recitados o, a veces, también, los cantos romancísticos.
Las trovas se clasifican en Églogas, Tropiezos de Vaqueros, Pasás y Ferias, Testamentos de Animales, Aguinaldos atípicos, la Mocedad, el Trabajo de la Madera, la Caza, Acontecimientos en la Vida del Pueblo, Homenajes y Crímenes.
En ocasiones, sobre todo durante los espectáculos festivos, se suele exigir cierta prestancia en la caracterización y las vestimentas. Debe mostrarse la identidad de la comunidad campesina de que se procede.
Se suele exigir boina negra, camisa blanca, chaleco, pantalón de mahón o negro con faja negra o roja, pañuelo ferial al cuello, que suele ser rojo, y las imprescindibles albarcas o almadreñas montañesas, o mejor de estilo carmoniego o tudanco. Como complemento, el palo pintu, el cayado o el cachiporru de pastor.