La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha presidido hoy la recepción oficial al emperador Carlos V con motivo de una nueva edición de ‘El último desembarco’ de Laredo, fiesta declarada de Interés Turístico Regional que recrea la llegada a la villa pejina del monarca en 1556, previamente a su retiro definitivo en el Monasterio de Yuste (Extremadura).
Buruaga, que ha acudido por primera vez al acto en calidad de gobernadora de Cantabria, ha estado acompañada por la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández; el alcalde de Laredo, Miguel González; otros concejales de la Corporación municipal, diputados autonómicos y representantes de varios ayuntamientos por los que discurre la Ruta de Carlos V.
La intensa lluvia caída en el momento de la llegada del emperador a la playa Salvé ha obligado alterar el programa previsto, pero no ha soliviantado el ánimo de las comparsas, peñas y agrupaciones de teatro de diferentes puntos de España, incluso de Italia, que lo esperaban con entusiasmo. Tras la recepción en el palenque, el séquito imperial ha recorrido el núcleo urbano hasta llegar al aparcamiento de la calle Comandante Villar, donde ha tenido lugar la gran cena de bienvenida. El programa de esta 23 edición comenzó ayer, jueves, y se extenderá hasta el domingo con desfiles, torneos de época, espectáculos de fuego, talleres, atracciones y actividades para los más pequeños y el ya habitual mercado renacentista, entre otros atractivos.
A lo largo de estos cuatro días, Laredo retorna en el tiempo al siglo XVI para conmemorar el último desembarco del emperador Carlos V, para lo cual sus calles se adornan y engalanan con motivos de la época y sus vecinos se disfrazan de nobles y plebeyos.