La última campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada en el marco del proyecto Garma XXI, financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, ha concluido este pasado 8 de septiembre con el hallazgo en la cueva cántabra de dos nuevos depósitos funerarios de la época visigoda, integrados por restos humanos y varios objetos, entre los que destacan, broches de cinturón, una cadena de bronce, un hacha de combate y un cuchillo.
Este «nuevo y excepcional» descubrimiento en La Garma, datable en torno al año 700 d.C, se suma a las tumbas encontradas en 2022 en esta cavidad, constituyendo un conjunto funerario único en la península ibérica, tanto por el lugar atípico donde se encuentran las sepulturas -en el total de campañas han sido hallados unos 20 individuos, varios pertenecientes a la élite de la época- como por la excepcionalidad de los objetos depositados.
Así lo han explicado hoy la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, y los directores de las excavaciones de la cueva declarada Patrimonio de la Humanidad en 2008, el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), Roberto Ontañón, y el catedrático de la Universidad de Cantabria (UC), Pablo Arias.
Los dos nuevos depósitos funerarios encontrados están situados en la Galería Basal, el nivel más bajo de La Garma que atraviesa actualmente el arroyo que ha formado la cavidad. El conjunto funerario se localiza en un lugar de muy difícil acceso, al que se llega tras un largo y ardúo recorrido de tres horas de duración, que implica descender cuatro niveles desde la entrada actual de la cueva, situada 50 metros por encima de esta galería, y descender unos 500 m por el cauce del río.
La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, ha destacado que si bien es sabido el Patrimonio Prehistórico que atesora Cantabria, «no solo nos diferencia del resto de regiones de España, sino que nos convierte en una región única en el mundo», el descubrimiento de La Garma hace 28 años «supuso un punto de inflexión» por la cantidad de hallazgos e información sobre diferentes épocas que está ofreciendo.
«Ha dado muchas sorpresas en estos casi 30 años y va a seguir dando muchas en los próximos y descubriendo sus secretos», ha subrayado Eva Guillermina Fernández, al recordar que La Garma es más que una cueva: «Es un yacimiento extensísimo que abarca diferentes épocas».
En concreto, según ha recordado, Roberto Ontañón, el complejo arqueológico de Ribamontán al Monte está integrado por un conjunto de cuevas, en el que hasta el momento se han encontrado 11 yacimientos en el interior y un poblado de la Edad del Hierro sobre la cima del monte donde se asienta.
Los dos directores de las campañas de excavaciones ha insistido en la «excepcionalidad» de La Garma, con restos de todas las épocas –Paleolítico inferior y superior, Mesolítico, Neolítico o Bronce hasta llegar al período visigodo- con una secuencia que abarca información desde hace 400.000 años hasta los siglos XII ó XIII, lo que la convierte en «una de las secuencias más completas de todo el mundo«, ha insistido Pablo Arias. De ahí que, según han explicado, cada campaña se centra en determinados campos.
Una sección en el MUPAC
La campaña de este verano se ha desarrollado entre el 22 de junio y el 8 de septiembre y los hallazgos funerarios proporcionan información de gran relevancia sobre uno de los periodos más desconocidos de Cantabria.
El destino definitivo de este conjunto será un espacio específicamente dedicado a la arqueología de época visigoda en Cantabria, que constituirá una de las principales novedades de la exposición permanente del nuevo MUPAC.
El depósito más complejo, localizado por Luis Teira, se sitúa en su tramo final, en un estrecho nicho de 3 m de longitud, 60 cm de anchura y 70 cm de altura, colgado a 3,5 m sobre el fondo de la galería. Allí se han encontrado los restos de cuatro individuos, depositados de forma simultánea. Junto a ellos aparecieron diversos objetos, entre los que destacan un broche de cinturón liriforme, una cadena de bronce, un hacha de combate y un cuchillo de hierro con restos de la vaina de cuero. En otro sector de la galería, descubierto por Daniel Pérez García de los Salmones, se encontró otro depósito funerario con restos de una mujer adulta y un individuo juvenil, uno de los cuales portaba también un broche de cinturón. Asimismo, se han encontrado varios restos sueltos en las aguas del arroyo subterráneo.
La excavación de este sector ha requerido una compleja operación arqueológica, en la que ha participado un amplio equipo de especialistas de diversas disciplinas (arqueólogos, antropólogos, restauradores, fotógrafos, ingenieros). También han formado parte de la campaña el mayor especialista en la Arqueología de este período en el norte de España, José Ángel Hierro; los investigadores y técnicos de la Universidad de Cantabria Luis Teira, Jorge Vallejo, Patricia Fernández Sánchez, Antonio Higuero, Alba Ruiz Cabanzón, Rodrigo Portero, Carlos García-Noriega y Daniel Pérez García de los Salmones; la restauradora del MUPAC Eva María Pereda y los técnicos de la empresa Gim Geomatics Vicente Bayarri y Jesús Herrera.
Los restos recuperados están siendo objeto, actualmente, de un cuidado proceso de estabilización y restauración en los laboratorios del MUPAC y posteriormente se les aplicará una amplia batería de técnicas analíticas (datación por carbono 14, isótopos estables del carbono y el nitrógeno para reconstruir la dieta de las personas enterradas, análisis de estroncio para determinar su origen, ADN, metalografía, fluorescencia de rayos X …) que contribuirán a aportar información de gran valor.
Estas actuaciones se enmarcan en el proyecto Garma XXI, un programa de investigación arqueológica y puesta en valor de este importante conjunto arqueológico, que recibió el Premio Nacional de Arqueología en 2021.
Los trabajos de esta última campaña se han orientado en tres direcciones: el estudio de las primeras ocupaciones de seres humanos de nuestra especie en la entrada de La Garma A; los orígenes de pueblo cántabro, con la continuación de las excavaciones en el castro del Alto de La Garma, y el comportamiento funerario de época tardoantigua, en la Galería Basal.