No se transmite a humanos ni afecta a la calidad de la carne
El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, ha declarado oficialmente un brote de enfermedad hemorrágica epizoótica después de que el Laboratorio Nacional de Referencia de Algete le haya confirmado la detección de 13 casos en ejemplares, todos ellos de vacuno de carne, procedentes de 11 ganaderías de la región, localizadas en los municipios de Piélagos, Penagos, Liérganes, Ribamontán al Monte y Anero.
Además, la Consejería está analizando más casos sospechosos en Medio Cudeyo, Orejo, Suances, Valdáliga y Castañeda, que están pendientes de los resultados de las pruebas que se han realizado a los animales que han presentado síntomas sospechosos.
De esta manera, la Consejería ha activado las medidas restrictivas que impone el Plan Nacional Zoosanitario, de tal manera que se limita el movimiento de los animales en toda Cantabria y se implementan medidas de desinfección del transporte de animales.
Además, es obligatorio que los ganaderos cuenten con el certificado veterinario de desinfección de animales y de sus medios de transporte en vigor, así como el certificado veterinario de animales sin síntomas. Por ello, ha instado a los ganaderos a extremar los cuidados y poner en marcha medidas de prevención contra vectores en ganaderías y medios de transporte, y evitar el desplazamiento de animales o importar de zonas donde ya hay casos confirmados.
No se transmite a humanos ni afecta a la calidad de la carne
La enfermedad hemorrágica epizoótica es una patología que afecta a vacas y ciervos que se transmite por la picadura de mosquitos. Se detectó por primera vez en España en noviembre del año pasado y se está extendiendo en las últimas semanas por granjas de bovino desde el sur hasta el norte de España.
Provoca cuadros respiratorios y puede llegar a afectar al aparato reproductivo de los animales, derivando en abortos o en el nacimiento de animales más delicados. Una circunstancia, esta última, que está generando graves repercusiones económicas para los ganaderos, al generar un mayor gasto veterinario mientras disminuye la producción y tienen lugar abortos e infertilidad.