Un santoñés que además ejerce como tal formará parte de la cámara de representación territorial por designación autonómica. Íñigo Fernández ocupará un escaño en el Senado. Un premio más que merecido por el trabajo que ha hecho al lado de la hoy presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga. ¿Este premio colma sus aspiraciones personales en la política? A buen seguro que no, pero Íñigo bien sabe por qué. Tiempo tendrá alguna jornada de estas tardes de Madrid de pasear por uno de los jardines más señoriales de la capital del estado y preguntárselo así mismo. De diseño geométrico, la privilegiada situación de los Jardines de Sabatini los convierten en uno de los jardines más bellos del Madrid de los Austrias. Pero que no se despiste mucho el señor Fernández porque muy cerquita le pilla la sede del PSOE en Madrid. Sonrisas de lado, desde luego que tal vez no satisface de pleno, no le llene al 100% entrar en el Senado. Pero sin ser ingeniero los motivos sobran, señor Fernández, para saber por qué la presidenta lleva a cabo lo que indica un proverbio indio. «Ni tan cerca que te queme, ni tan lejos que te enfríe». Íñigo Fernández regresó al Parlamento al coger la vacante de Íñigo de la Serna al ser nombrado éste ministro. Ya había estado en la legislatura de Ignacio Diego, pero al ir en un puesto largo en aquella lista de 2015, no entró, no logró escaño.
Fue Ignacio Diego quien le dio el visto bueno porque en aquel momento era el presidente del partido. Aquellos tiempos, aquellos momentos fueron muy negativos para la actual presidenta de Cantabria. Los más tristes y nefastos que una persona pueda imaginar. Ciñéndonos al papel del actual senador y parlamentario de Cantabria, Íñigo supo estar a la altura de unas circunstancias muy difíciles. Acertó al poner por encima el valor del carné de su partido más que los personalismos.
Superada la situación, Íñigo Fernández entró en la lista de 2019 para apoyar a María José Sáenz de Buruaga y su papel en el Parlamento en la legislatura que ha concluido ha sido brillante. Se ha medido cuerpo a cuerpo con el vicepresidente Pablo Zuloaga y con el presidente Revilla en un trabajo de portavocía bastante complicado, pero satisfactorio. Tiene reflejos en la bancada, se conoce la normativa y sabe manejarla.
Si Íñigo Fernández se pregunta por qué no ha habido un premio mayor, es porque la ‘presi’ no ha querido desprenderse de su fiel y acertado escudero parlamentario en los últimos años. Disfrute señor Fernández de los Jardines de Sabatini, porque de momento la carrera de San Jerónimo no toca. Sin prisa.
Por último, la imagen escogida para el artículo es el agradecimiento que Íñigo Fernández supo dar con un buen gesto al Partido Regionalista de Cantabria en las votaciones de la designación autonómica. Mano en el pecho y corbata con colores de su Santoña natal.
Fdo.: José Luis López / Director Cantabria Directa