El vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte en funciones, Pablo Zuloaga, ha destacado la importancia de mantener la memoria y las tradiciones de la Comunidad Autónoma durante la presentación de los instrumentos musicales fabricados con la madera sana del que fuera el árbol más conocido de Cantabria, `El Cajigu Cubión´, un roble milenario que vivió y murió a causa de un rayo en los años 90 en el corazón del Monte Aa, en el Valle de Cabuérniga que se podrán observar en el Museo de la Naturaleza de Carrejo.
Zuloaga, acompañado por el músico y luthier David López García, promotor del proyecto ‘El Cajigu Cubilón, una segunda vida para su madera’, y por Nicolás Toral, presidente de la Asociación Cultural `La Castañaera, ha insistido en la importancia de «dar una nueva vida» a un árbol de nuestro patrimonio natural y ha defendido «otra manera de hacer política cultural en cada rincón de Cantabria«. «Hay que escuchar a los colectivos culturales y debemos entender que todos formamos parte del impacto etnográfico de nuestra Comunidad».
Por su parte, López García ha agradecido el apoyo del Gobierno regional el respaldo y la financiación a este proyecto que es muy positivo para el valle de Cabuérniga y Cantabria, además de contribuir «al mantenimiento de nuestra identidad y nuestro adn y que el Cagijón Jubilar pueda tener luz propia».
Este proyecto que, según Zuloaga, permite «inmortalizar la memoria y el alma» de este árbol mediante la fabricación de un rabel, un tambor, una pandereta, una gaita gallega, otra asturiana, un requinto y dos whistles en Fa y Sol que se expondrán en el Museo de la Naturaleza de Carrejo con la posibilidad de que sean utilizados para recitales de especial interés y por músicos de trayectoria reconocida.
El Cajigu Cubilón tenía un diámetro de unos 15 metros y se le atribuía una edad milenaria, considerándolo uno de los más antiguos de la Península Ibérica. Se decía que podía dar cobijo a una pareja de bueyes en su interior y que se había usado en otros tiempos para resguardo de pastores y ganado. Hay una leyenda que habla de que Napoleón se llevó una bellota del Cubilón engarzada en oro.
David López García, que ejerce desde 1997 en su taller de Sopeña (Cabuérniga) el oficio de luthier de instrumentos de viento, promueve este proyecto con el objetivo de recordar al que puede ser el árbol «más importante de los bosques de Cantabria».
La especialidad de López García son las gaitas y las flautas de madera, aunque también ha fabricado requintos y ocarinas de barro. Entre sus clientes se encuentran músicos de prestigio como Carlos Núñez; José Ángel Hevia; Alberto Coya; Oscar Ibáñez o Edelmiro Fernández, entre otros. Además, algunas de las gaitas fabricadas en su taller han resultado vencedoras en concursos de gaiteros más importantes del mundo como el Trofeo McCrimmon, que se celebra en la localidad francesa de Lorient cada año.
También es músico, con una trayectoria como intérprete de gaita gallega que abarca desde 1992 y ha sido profesor en las escuelas de Cabezón de la Sal, Puente San Miguel y Ucieda.