El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha asistido esta mañana a la colocación en los acuarios del Museo Marítimo del Cantábrico de dos arrecifes artificiales desarrollados con tecnología 3D por investigaciones de la Universidad de Cantabria dentro de un proyecto europeo que busca mitigar la pérdida de biodiversidad en el medio marino.
Liderado por la UC, el ‘Proyecto 3D PARE de investigación sobre arrecifes artificiales‘ comenzó hace cuatro años y en este momento encara su etapa final en la que se está monitorizando la evolución de los 36 arrecifes artificiales que elaboraron desde el grupo GITECO de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, de los cuales, 9 están fondeados en la bahía de Santander, frente a la Península de la Magdalena.
Con la colocación de estos arrecifes artificiales diseñados específicamente para las necesidades de estos acuarios, el museo, por una parte, colabora con este proyecto en el ámbito de la investigación y también de la divulgación, ya que los visitantes del museo podrán verlos y conocer su función en el fondo marino. Zuloaga ha asegurado que «hoy el Museo Marítimo se convierte en difusor de la potencia científica que tenemos en Cantabria» mostrando al público en general «la evolución de estos arrecifes artificiales y la generación de vida que desarrollan a su alrededor».
Ha destacado la importancia de estos elementos para «minimizar el impacto de las actividades en la costa, que perturban y difieren la vida marina» y «garantizar la continuidad y recuperación de las especies en las zonas costeras», que concentran una mayor actividad humana y, por tanto, están más amenazadas. Además, el vicepresidente ha dado la enhorabuena a Elena Blanco y Adrián Yoris, los dos investigadores que están liderando este proyecto desde Cantabria, «por este trabajo y por fijar a Santander y a Cantabria como foco internacional en desarrollo de investigaciones científicas».
«Creo y defiendo que Cantabria tiene un potencial económico tremendo en la ciencia», ha asegurado Zuloaga, que ha situado en la ley de Ciencia, aprobada esta legislatura, una vía fundamental de desarrollo de ese potencial. El uso de arrecifes artificiales se considera que puede ser una solución a corto plazo mediante su fondeo en espacios naturales degradados o bien en combinación con infraestructuras marinas como defensas costeras, diques o infraestructuras offshrore, entre otras. Según han explicado los investigadores, Elena Blanco y Adrián Yoris, los resultados evidencian que estos arrecifes artificiales están atrayendo más vida marina incluso que los naturales según la monitorización que se está realizando en Santander con investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental.