Los Reyes Magos aterrizaron en Camargo después de un largo viaje en sus avión, cargados con todos los regalos para repartir por los hogares del municipio y del resto de Cantabria. Melchor, Gaspar y Baltasar fueron recibidos a pie de pista en el Aeropuerto por la alcaldesa, Esther Bolado, quien encabezó la representación institucional y les entregó la Llave Mágica con la que poder abrir por la noche las puertas de todas las casas.
En este acto tuvieron un protagonismo especial los niños y niñas que acudieron con gran ilusión junto a sus familias para asistir a este encuentro, ya que fue una oportunidad ideal para poder ver de cerca a los Reyes Magos, saludarles y contarles lo bien que se han portado en el último año.
Además el Ayuntamiento de Camargo y los Reyes Magos entregaron al director del Aeropuerto, Bienvenido Rico, un detalle de agradecimiento por la estrecha colaboración que han mantenido durante muchos años, deseándole una feliz jubilación.
Tras el acto en el Aeropuerto, la comitiva de los Reyes Magos se trasladó después al centro urbano de Camargo, donde se celebró la Gran Cabalgata Municipal, que salió del Parque de Cros para dirigirse hasta el Pabellón Pedro Velarde. Este año tomaron parte en el recorrido integrantes del Club de Patinaje El Pendo, de la Asociación Arzolla, del Grupo del Centro de Mayores de Camargo bajo la coordinación de Cultura SaludArte, del Grupo de Gloria Rueda, de la Asociación San Vicente de Muriedas, además de la animación de Batucada Bizuka.
Las cuatro carrozas que participaron en la Cabalgata estuvieron acompañadas además por un espectacular autobús de dos plantas con niños y niñas, a lo que se sumó un grupo de animación simulando caballos y unicornios vistosamente iluminados con luces led. Tras completar el recorrido, y una vez en el Pabellón Pedro Velarde, el Rey Melchor ejerció de portavoz de la comitiva real para agradecer a los niños y niñas que aguardaban allí su llegada el buen comportamiento que han tenido durante el último año.
Posteriormente los Reyes Magos tomaron asiento en sus grandes tronos para ir recibiendo a los pequeños que hicieron cola y, ayudados por sus pajes, recogieron las cartas que les entregaban con todos los deseos, antes de ponerse manos a la obra y encarar una noche de intenso trabajo para entregar los regalos en los hogares del municipio y de toda la comunidad autónoma.