Con más de un centenar de incendios durante el mes de Octubre, Cantabria ha sido una de las comunidades más afectadas por los fuegos intencionados durante las últimos días, pero los datos del propio Gobierno evidencian una realidad: Más del 90% estarían provocados por intereses ganaderos.
El Plan Estratégico de Prevención y Lucha contra los incendios forestales del periodo 2017-2020 muestra en varias de sus tablas comparativas que la inmensa mayoría de estas situaciones vienen provocadas por “pastores y ganaderos para regenerar el pasto y eliminar matorral”. Esta causa representa el 91,93% del tiempo analizado, 2005-2014.
Sin embargo el ejecutivo cántabro ha centrado sus esfuerzos mediáticos en alertar sobre supuestos pirómanos, cuando sus propios informes desmienten que supongan un contexto mayoritario. De acuerdo al Plan Estratégico los pirómanos serían responsables únicamente del 0,12% de los miles de fuegos analizados.
La Fundación Franz Weber ha recordado como durante cada fuego forestal se produce un importante número de bajas de animales silvestres, domesticados o de familia, con muy pocas probabilidades de escapar.
Así, diferentes modelos estimativos llegan a calcular que por cada hectárea conviven decenas de animales de muy diferente tamaño y consideración, desde reptiles hasta especies consideradas “cinegéticas” como corzos, jabalíes, lobos o zorros. La ONG naturalista defiende un cambio de modelo en el sector primario para acabar con estos incendios, a través de la denominada ‘transición proteica’.
Más cultivos para ganado que para humanos
La creación de proteína de origen animal es más costosa que la producción de proteína vegetal, que se puede trasladar directamente del campo a las personas, evitando “intermediarios” que generan impacto ambiental. Esta circunstancia se ve especialmente en provincias españolas como A Coruña, donde la extensión de cultivos dedicados a alimentar explotaciones ganadera es superior que las tierras dedicadas al consumo directo de las personas, generando un sistema insostenible e insolidario.
De esta forma la propuesta de Fundación Franz Weber es una verdadera transición proteica que, además, contribuye a mitigar los incendios por motivos cinegéticos o ganaderos, y genera muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero.
El cambio debería apoyarse en el reparto de ayudas públicas, bien aprovechando los diferentes fondos comunitarios que recibe Cantabria, bien impulsando nuevos proyectos a través del apoyo monetario Next Generation, también provenientes de Europa.