El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo, llevará a cabo dos sondeos, que previsiblemente alcanzarán una profundidad de 500 y 700 metros, para analizar la vialidad de captación de agua subterránea de los acuíferos situados entre Santillana del Mar y San Vicente de la Barquera, en la zona de Vispieres, así como la calidad de las misma, tal y como ha concretado el consejero, José Luis Gochicoa, en el transcurso de una rueda de prensa que ha servido para dar a conocer los principales detalles de esta intervención.
Esta actuación, con un presupuesto que rondará el millón de euros, viene motivada, según ha remarcado el consejero, por la necesidad de adelantarse a las posibles consecuencias del cambio climático, que producen episodios cada vez más extremos de lluvias intensas seguidas de grandes períodos de sequía, lo que genera situaciones “cada vez más extremas, con un déficit de agua en verano”.
Por ello, son varios los pasos que ha llevado a cabo la Consejería desde el inicio de la legislatura y, entre ellos, el consejero ha puesto el acento en la consecución del bitrasvase del Embales del Ebro, así como otras inversiones que se han ido ejecutando en los últimos años para conectar municipios a la Autovía del Agua y “mejorar las captaciones y la capacidad de regulación de los planes regionales” lo que ha permitido “suministrar aguar regularmente a todos los ayuntamientos, aun siendo este el verano más seco de los últimos 60 años”, ha subrayado.
“El agua es un bien esencial y tenemos que estar preparados para el futuro”- ha dicho el consejero- “con líneas de trabajo y estudios que posibilitarán el análisis de las aguas subterráneas de nuestra región, de las que apenas se disponen datos, ni sobre los volúmenes de agua, ni sobre sobre la calidad de la misma o la capacidad de recarga natural que tienen”.
En este sentido, Gochicoa ha recordado la existencia de una masa de agua subterránea denominada Santillana del Mar-San Vicente de la Barquera, pero que alcanza el municipio de Santander, hasta la zona de San Román, de “gran extensión y elevada capacidad de almacenamiento” por lo que, en su opinión, “merecía la pena invertir en su estudio”.
Principales detalles del proyecto
A partir de los estudios hidrogeológicos realizados en la masa de agua, se ha seleccionado una unidad hidrogeológica que comprende parte de los municipios de Reocín, Alfoz de Lloredo y Santillana del Mar, por la proximidad a la ETAP ubicada en Vispieres y la cercanía a la Autovía del Agua, con el objetivo de minimizar los costes de infraestructura y facilitar la potabilización.
Los dos sondeos se llevarán a cabo en la parcela de Vispieres con una técnica de perforación mediante rotopercusión con circulación de agua, aire a presión y espumante de material 100 por cien biodegradable, por lo que “ningún compuesto químico pueda dañar la calidad del agua y sin que se interrumpa el funcionamiento la planta actual”, ha confirmado el consejero.
El objetivo de los trabajos es “alcanzar al menos dos de los tres acuíferos”, el primero, de menor capacidad, a unos 200 metros de profundidad, formado por calcarenitas, y el otro entre 500 y 700 metros, también compuesto por calcarenitas, que dispone de elevada superficie de afloramiento, por lo que “no debería presentar problemas ni de capacidad del acuífero, ni de cantidad de recarga” pues, aunque los números pueden variar, todo apunta a “recargas importantes, de hectómetros cúbicos al año que se obtienen por las infiltraciones tanto de la superficie del terreno, como del río Saja”, ha matizado José Luis Gochicoa.
Tal y como ha puntualizado, teniendo en cuenta el recorrido que realiza el agua hasta llegar a esas profundidades la contaminación orgánica de vertidos ganaderos en superficie se encontrará “muy disminuida por la propia depuración natural hasta llegar a esas profundidades” y se estima que “no habrá contenido significativo de sulfatos ni metales pesados”, cuya presencia se observa sobre todo en superficies dolomitizadas. de ahí que uno de los criterios haya salido seleccionar zonas de calizas.
Además, al tratarse de una capa kárstica, con fisuras y oquedades por las que el agua se comunica desde las superficies de captación hasta el fondo del cuenco, aunque se ejecute un sondeo a 600 metros de profundidad, si efectivamente se encuentra todo comunicado, el agua subirá de forma natural por el tubo y se necesitarán bombeos a profundidades “razonables y con costes energéticos reducidos”, ha puntualizado.
Finalmente, el consejero ha insistido en que, además de por la proximidad a la Autovía del Agua que evitará construir una infraestructura nueva, para la realización de los sondeos se ha tenido en cuenta que la cuenca de infiltración sea suficientemente extensa y que, en principio, no sea probable la existencia de contaminación de metales pesados ni de materia orgánica del sector ganadero, cuestión que se verá resuelta tras la finalización de los análisis de las aguas. Durante el acto, también ha estado presente la directora general Obras Hidráulicas y Puertos, Sandra García Montes.