La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha intervenido este mediodía en el Parlamento de Cantabria en el marco de las conmemoraciones del 40o aniversario del Estatuto de Cantabria. Entre otros aspectos ha señalado que «hoy ese tiempo es pasado. Nuestro mundo es un mundo nuevo, profundamente complejo y en buena parte impredecible, y es precisamente por ello por lo que quienes se dedican a la noble tarea de la política precisan audacia para vislumbrar la dirección correcta de los asuntos públicos, necesitan imaginación para formular nuevas herramientas, capacidad de innovación para encontrar las respuestas que exige un mundo en constante cambio. Pero seguimos necesitando ese diálogo y esa capacidad para llegar a acuerdos».
En esta intervención, la presidenta ha reivindicado además el valor de “la política útil, la que busca coaligar esfuerzos, la que se basa en el diálogo y el acuerdo; la que asume el carácter indeclinable de la cooperación”. “Escuchar, debatir, ceder, pactar son acciones consustanciales al gobierno democrático” ha señalado Batet, que ha insistido en que estas acciones “son el oxígeno de nuestra forma de gobierno y gracias a ellas nuestras democracias se mantienen firmes y vigorosas”.
La presidenta ha señalado que “la crispación y la polarización permanente, que niegan la existencia del rival político, y lo conciben como enemigo en lugar de como contrario, no contribuye a la convivencia de la sociedad”. “Se trata de una forma de hacer política que destruye el capital básico de los sistemas democráticos: la confianza recíproca que nos mueve a cooperar, a aceptar sacrificios en beneficio del interés general; o la que nos da la certeza de que juntos nuestra vida es más segura y más próspera”. “La crispación”, ha continuado “produce entre la ciudadanía desafección hacia la política, y la vitalidad de un sistema democrático necesita de la implicación de los ciudadanos”.
Batet ha destacado que Cantabria “es un magnífico ejemplo del modo de sintetizar los sentimientos de los ciudadanos de su territorio”, porque “por un lado, como comunidad histórica, tal y como se reconoce estatutariamente, ha sabido desplegar una identidad propia en el conjunto de España que ha dotado a los cántabros de un sentido de autoconciencia y que se sientan reconocidos por los demás y respetados en la diferencia”. “Pero al mismo tiempo”, ha añadido, ha contribuido activamente a la construcción del proyecto compartido de España practicando la cultura política de la reciprocidad y la lealtad”.
La presidenta ha destacado que la institución del Parlamento autonómico, “además de ser una pieza medular de un Estado políticamente descentralizado, juega un papel fundamental para dar estabilidad y prosperidad a la sociedad a la que sirve”, ya que “es el centro de la deliberación y decisión de los asuntos públicos, el lugar en el que se expresa el pluralismo social”. “Cumple la función de encauzar los conflictos, representar los distintos intereses existentes en la sociedad y acordar soluciones aceptables por todos.