La Biblioteca municipal Francisco Sota del Ayuntamiento de Piélagos en Renedo acogerá este viernes, 4 de marzo, a partir de las 18:30 horas, la presentación del libro ‘Un oasis en América. Un viaje al interior de Bolivia’ de José María Arias. El colaborador cultural en esRadio en Santander, Guillaume Maríe, será el encargo de presentar la publicación antes de que su autor haga una breve introducción a la misma, en la que explicará el porqué de ese viaje, tanto a nivel general –viaje por Hispanoamérica- como a nivel particular -viaje por Bolivia-. Durante su exposición, José María Arias presentará al público asistente en las instalaciones municipales, ubicadas en el número 31 del Barrio Llosacampo de Renedo, un total de 38 diapositivas del viaje por Bolivia con su correspondiente explicación para, a continuación, abrir un turno de preguntas por parte del público.
‘Un oasis en América. Un viaje al interior de Bolivia’
José María Arias lleva a cabo el relato de un viaje, lo cual no deja de ser también una metáfora de dos cosas aparentemente dispares, aunque no tanto en lo que a su hondura se refiere: el libro y la vida. Un libro es una forma de viaje y la vida es el viaje por antonomasia. Ambos son, en efecto, otros tantos viajes en los que, en el caso del primero, viajan juntos el autor y el lector, mientras que en el segundo, sólo lo hace el propio individuo que es autor y actor de su propio existir.
En este caso concreto del libro de José María Arias, se trata de un viaje a Hispanoamérica y, más concretamente, por tierras bolivianas. Un viaje-peripecia, una aventura personal en la cual el viajero contacta con espléndidos paisajes y con un paisanaje no menos magnífico. El autor narra igualmente la aventura que supone el conocimiento que él va obteniendo de un modo directo, un conocimiento vital como sólo puede otorgarlo ese libro que es la misma vida viajera o el propio viaje vital.
Un viaje que es la misma vida contextualizada en una naturaleza cuasi virginal, cruda, pero a la vez pura y dura hasta el desasosiego, así como por parte de un paisanaje profundamente entroncado en aquellos escenarios grandiosos en los que el viajero se ve a sí mismo pequeño y a su merced, casi inexistente, precisamente al sentirse en estrecha comunión con lo visitado y conocido. Es, pues, el relato vivo de un viaje casi espontáneo, improvisado -en cuanto a la dirección que tenía que tomar y los lugares que conocer- sobre la marcha. Por eso, es un viaje con el cual el lector se identifica desde la primera página, al sentirse éste cómplice directo con lo que el autor le cuenta. Y éste, en efecto, cuenta sin retórica alguna sus impresiones primeras y únicas, que son las que valen, para que el lector se encargue por su cuenta y razón de prolongarlas más allá del punto donde el autor las dejó.