La Universidad de Cantabria ha abierto sus convocatorias propias de ayudas para contratos predoctorales, dirigidas a investigadores de las diferentes áreas de conocimiento para la realización de sus tesis dentro de los programas de doctorado de la UC. Esta iniciativa de apoyo a la formación de personal investigador está financiada por la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria y se enmarca en el desarrollo de la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
La línea “Concepción Arenal”, que incluye trece ayudas, está dirigida a cualquier campo de estudio que no sea del área bio e incluye una ayuda específica centrada en estudios de las mujeres y del género; y para el ámbito de la Biomedicina, Biotecnología y Ciencias de la Salud existe una convocatoria con características similares que otorga otras tres ayudas, además del programa propio del IDIVAL que este año incluye siete becas predoctorales. En ambos casos, el plazo de presentación de solicitudes comenzó el 25 de octubre y permanecerá abierto hasta el 15 de noviembre.
El programa financia contratos laborales predoctorales que permiten simultanear tareas de investigación en un proyecto específico y novedoso con la adquisición de competencias y habilidades transversales que imparte la Universidad para la obtención del título de doctor. Así, cubre gastos derivados de la matrícula en las enseñanzas de doctorado y de la realización de estancias en centros de I+D. La última anualidad de la ayuda, cuya duración máxima es de cuatro años, incluye un periodo de orientación posdoctoral.
Andrés Ramos Valle y Sara Moro Carrera son dos de los jóvenes que están trabajando en la Universidad de Cantabria como becarios predoctorales gracias a esta convocatoria, a la que se presentaron en 2020. Ambos comparten la vocación investigadora, están plenamente integrados ya en los grupos de trabajo que los acogen y agradecen que la beca les ha permitido tener estabilidad e independencia económica durante la realización de la tesis.
Tras finalizar sus estudios de máster, Andrés Ramos se interesó por las líneas de investigación del grupo de Nanomedicina UC-IDIVAL y la beca predoctoral para el área bio encajó en su proyecto. En estos meses ha tenido que aprender formas de trabajo y nuevas técnicas, pero su experiencia es “bastante buena”. “Es un grupo en el que estoy muy a gusto”, cuenta. Su tesis se centra en la terapia génica -“muy de moda debido a las vacunas Covid”, apunta-, concretamente en el diseño de nanopartículas que lleven este material genético y que permitan tratar diversas enfermedades con materiales sintéticos.
Por su parte, Sara Moro trabaja en el Departamento de Historia Contemporánea estudiando “las estrategias que ha empleado el movimiento feminista, de carácter creativo, pedagógico y que lo distinguen de otros movimientos sociales de su mismo contexto histórico”, al haber obtenido la ayuda específica para estudios de las mujeres y del género.
Como parte de su contrato de investigación, que comenzó en abril de 2021 y durará entre tres y cuatro años, dará clase a los alumnos de grado. La historiadora transmite la importancia de este tipo de becas para impulsar vocaciones. “Me interesaba dedicarme a la investigación, sobre todo de una rama que me interesa mucho, y puedo hacerlo gracias a la ayuda”, comenta.