«El Gobierno de España no tiene ningún interés en la autovía Burgos-Aguilar y nos tememos que el Gobierno de Cantabria, tampoco. La autovía Burgos-Aguilar es acercarnos a Burgos que hoy es una ciudad que tiene más población que Santander, es la gran capital industrial de Castilla y León, con fábricas de más de 1.000 empleados «, afirma el diputado del Partido Popular, el santoñés, Íñigo Fernández.
PRC y PSOE han hecho decaer este lunes con su voto en contra una iniciativa del PP en el Parlamento regional que pedía la «inmediata reactivación» de los tramos pendientes de la autovía A-73 Burgos-Aguilar de Campoo, una actuación que para los regionalistas es «importante» pero que no incluye entre las «prioritarias» y que los socialistas niegan que esté paralizada y subrayan que hay 6 millones en los Presupuestos Generales del Estado para 2022.
En total, la obra suponen 70 kilómetros distribuidos en varios tramos, de los cuales solo hay uno de 10 km en funcionamiento y uno de 12 (Báscones de Valdivia-Pedrosa de Valdelucio) en obras, próximas a finalizar, y cuatro pendientes aún de licitación. El PP ha defendido que se trata de una obra «importantísima» que serviría para acortar en 35 kilómetros y entre 15 y 20 minutos el trayecto con Madrid y «acercar» no solo la capital de España sino también Burgos, «la gran capital industrial» de Castilla y León.
Además, serviría para evitar que el flujo de tráfico entre esta ciudad castellana y la costa se traslade a Bilbao tras la eliminación del peaje de la AP-1 entre Burgos y Armiñón y se mantenga vinculado a Santander que, según ha señalado su portavoz, Íñigo Fernández, es su «salida histórica al mar«.
Fernández ha denunciado el «retraso» del único tramo en obras, que, según ha dicho, debería haberse inaugurado en 2019, y la «paralización» del resto que está pendientes y ha afirmado que el Gobierno de España «no tiene ningún interés» en ejecutar esta obra y «teme» que el Ejecutivo regional tampoco a la vista de que –ha dicho– en la reciente reunión que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, mantuvo con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, no dijo «ni una palabra», al menos pública, sobre esta obra.