El alcalde, Carlos Caramés, con el concejal de Obras Públicas y Movilidad, César Blanco, y la alcaldesa pedánea, Inmaculada Araunabeña, visita los trabajos que el Consistorio ejecuta con cargo a una inversión de algo más de 250.000 euros y que dan respuesta a una sufrida petición vecinal
Las obras de ampliación de la carretera que une los barrios de San Vicente y Salcedo, en Vioño, que permitirán devolverle el doble sentido que siempre tuvo hasta la pasada legislatura, en respuesta a una sufrida petición vecinal, llegan a su fase final.
Así lo ha anunciado el alcalde del municipio, Carlos Caramés, con motivo de la visita que ha realizado a los trabajos que el Consistorio está ejecutando con cargo a una inversión de algo más de 250.000 euros acompañado por el concejal de Obras Públicas y Movilidad, César Blanco, y la alcaldesa pedánea de la localidad, Inmaculada Araunabeña. Caramés ha recordado que, además, coincidiendo con la ejecución de esta actuación, el Consistorio derribó la conocida como “casa tapón” para dar solución a un problema histórico de seguridad vial en el cruce de la citada carretera con la CA-231 entre Vioño y Oruña.
En este sentido, ha hecho hincapié en que el Ayuntamiento de Piélagos está a punto de concluir los trabajos que está realizando en la que era conocida como la “carretera negra” donde esta misma semana se va a proceder al asfaltado de la nueva sección resultante de la ampliación del vial que ha llevado a cabo para poder dotarle del doble sentido que tuvo hasta 2022. “Estamos dando cumplimiento a un compromiso que adquirimos con los vecinos de Piélagos, en especial con los de la zona de Vioño, Zurita y Oruña que reivindicaron durante tiempo con manifestaciones a las que acudían centenares de vecinos que la construcción de aceras era compatible con el doble sentido del vial”, ha subrayado el regidor municipal.
Devolver el doble sentido en su totalidad
Caramés ha explicado que, aunque la citada carretera siempre había permitido la circulación en ambos sentidos, fue tras el proyecto ejecutado la pasada legislatura cuando dejó de serlo en el tramo comprendido entre el acceso al cementerio y la intersección con la CA-231 Oruña-Vioño, provocando las quejas de los usuarios habituales de la misma. En la misma línea, ha apuntado que, para corregir esta situación, el Consistorio solicitó permiso a la Confederación Hidrográfica para invadir en 1,20 metros el margen derecho (dirección Salcedo) con el objetivo de poder ampliar el tramo final de dicha vía, en las proximidades al Barrio de Salcedo, justo antes de su intersección con la CA-321 entre Oruña y Vioño. Una vez recibida la autorización para la ocupación del dominio público, el Ayuntamiento de Piélagos comenzó a estudiar distintas alternativas para dotar de dos sentidos de circulación al tramo que tras la obra ejecutada en la legislatura anterior no tenía sección suficiente y, por tanto, había quedado de sentido único, ha rememorado.
Diálogo, participación y colaboración vecinal
El alcalde ha incidido en que, acompañado por los técnicos municipales, se reunió con los propietarios de la vivienda existente en la zona para analizar las condiciones para la intervención en una pequeña parte de su propiedad. De hecho, ha afirmado que la ocupación de dominio público y de unos metros de una finca privada, así como la actuación en un área reducida de la montaña existente a mano izquierda (en dirección a Salcedo) ha hecho posible dotar finalmente a esta vía de la anchura necesaria para devolverle con seguridad el doble sentido que siempre tuvo.
“Quiero agradecer a los vecinos su buena predisposición para colaborar en la búsqueda de una solución definitiva a los problemas generados tras las obras ejecutadas la pasada legislatura, que quedaron incompletas y estuvieron paradas hasta el pasado mes de noviembre, cuando dieron comienzo los trabajos que ahora están a punto de finalizar”, ha dicho. Por su parte, la alcaldesa pedánea ha agradecido al Ayuntamiento de Piélagos su sensibilidad con un problema que no existía y que se generó la pasada legislatura, cuando los vecinos se movilizaron con la única intención de buscar entre todos una solución en un momento, durante la ejecución de las obras, en el que aún era posible.
“Frente a nuestra voluntad de diálogo y consenso únicamente recibimos excusas y mentiras”, ha afirmado Inmaculada Araunabeña, quien ha lamentado que muchos vecinos fueron incluso multados por oponerse a un proyecto que fue impuesto y que no quiso tener en cuenta la petición de conductores y peatones que “únicamente reclamábamos aceras, pero también conservar el doble sentido que siempre tuvo esta carretera”.