«Estas personas no tienen donde vivir, se han quedado sin nada, aquí en Santander»
El 26 de octubre pasado amanecimos los santanderinos con la tristísima noticia de la explosión en La Albericia y no tardaron en publicarse fotografías de la señora Igual , que, cual madre solícita, consolaba y acogía en su seno a los afectados. A día de hoy, casi un mes después, el panorama con el que se encuentran los supervivientes es el siguiente:
El Ayuntamiento ha dado un plazo de dos meses a los propietarios del edificio para dejar limpio el solar. Esto en un principio lo cubrirá el seguro del inmueble hasta que se determine quién es el causante.
Las familias a las que implica este desastre se encuentran en una situación clara de vulnerabilidad, han perdido todo, por ende, no pertenecen a una capa social que cuente con un colchón económico para poder salir adelante.
Entonces es cuando la madre solícita, cercana, cariñosa, que promete ayudas y protección desaparece dejando a su suerte a todos los afectados; 500 euros de ayuda directa por persona para primeras necesidades a la que sumariamos una segunda que va entre 200 y 600 euros. En cuanto a la vivienda se la tendrán que buscar ellos de alquiler y solicitar las ayudas pertinentes que, como todos sabemos, van a la velocidad de un fórmula 1.
Estas personas no tienen donde vivir, se han quedado sin nada, aquí en Santander, son vecinos, paisanos, miembros de la comunidad. Y así la figura maternal se retrata fielmente, es ya experta en el arte del engaño mediante la imagen. La señora Igual dispone en la ciudad de pisos en propiedad del ayuntamiento que bien podría poner a disposición de los afectados siendo éste un caso de urgente necesidad.
La protección de la gente, el acogimiento y la ayuda se quedó inerte en el preciso momento que el fotógrafo, esa madrugada, dispara su cámara.
Autora: Angélica Bolívar Parra / Secretaria de Organización OlaCantabria