Este sábado, día 25, es el turno de Silvia Pérez Cruz, que llega a la sala Argenta para presentar un trabajo que empezó a componer en marzo de 2020 y que grabó durante un año en ciudades como Barcelona, Madrid, Jerez, Buenos Aires o La Habana. La cantante, Premio Nacional de Músicas Actuales 2022 que concede el Ministerio de Cultura y Deporte, se acompaña en este recital de Carlos Montfort (violines, percusión y coros), Marta Roma (violonchelo, trompeta y coros) y Bori Albero (contrabajo y coros)
Sábado 25 de mayo. Sala Argenta. 19:30 h / Recital: Silvia Pérez Cruz | ‘Toda la vida, un día’
Sílvia Pérez Cruz voz, guitarra, teclados y sintetizadores/ Carlos Montfort violines, percusión y coros
Marta Roma violonchelo, trompeta y coros / Bori Albero contrabajo y coros / Juan Casanovas: técnico de sonido | Isa del Moral: operadora de luces y vídeo
Premio Nacional de Músicas Actuales 2022 que concede el Ministerio de Cultura y Deporte
Duración: 100 minutos. Sin descanso. “Aterrados buscan una flor familiar donde guarecerse y les asusta la inmensidad del campo”. William Carlos Williams
“Empecé a componer este nuevo trabajo el día 21 de marzo de 2020. Lo grabé durante un año en varias ciudades: Barcelona, Pontós, Madrid, Jerez, Buenos Aires, Coatepec (México) y La Habana. Durante la creación de ‘Género imposible’ (2020-22) Elena Córdoba me enseñó este precioso poema de William Carlos Williams, que vertebró ese espectáculo, este disco y mi vida entera. Ordenar la inmensidad flor a flor.
Cuando tenía 18 años me contaron que un samurái antes de hacerse el harakiri dibujó un haiku en forma de círculo. Dibujé y guardé durante años este círculo, esta portada. Ese trazo maravilloso simboliza muchas cosas: el alma, el cuerpo, sin principio, sin fin, equilibrio, sencillez… Un disco. Un concierto. Como una vida entera. Como un día. De sol a sol. Circular. Toda la vida, un día. 5 movimientos. 5 edades. 5 colores”.
Es un trabajo que nace de la soledad con voluntad de unir soledades: de ahí la contraposición de la intimidad de una voz y una guitarra con el coro. El canto compartido, la disolución del yo, la salvación. Me gusta imaginar que aquí el coro son todos ustedes. Cantemos.